La operación con más glamour y de mayor importe en lo que va de año para el sector del capital riesgo ha acabado como el rosario de la aurora. La venta de la división de telecomunicaciones de Gas Natural a Cinven, adelantada por El Confidencial la semana pasada, ha provocado un enfado mayúsculo en el sector del capital riesgo por haber adjudicado esta filial a uno de los interesados un día antes de que venciese el plazo para presentar las ofertas vinculantes de compra.
A las 8.30 de la mañana del pasado lunes, Gas Natural anunció que había vendido su negocio de fibra óptica a Cinven por 510 millones, una transacción por la que en la primera fase habían pujado más de diez firmas de private equity. El cuaderno de venta fue solicitado por inversores como Apax, Permira, Carlyle, Neo Sky, Red Elíéctrica, Providence, Zyho, Oaktree, Search Light y la propia Cinven.
Estos cinco últimos fueron los que pasaron el corte inicial y fueron seleccionados en segunda ronda para presentar las ofertas definitivas. Para tener acceso a toda la documentación y participar en el data room, cada uno de estos candidatos se gastó unos 500.000 euros entre abogados, consultores, bancos de inversión y financiadores. La operación era tan golosa por el potencial que ofrece esta nueva red de telecomunicaciones que todas las firmas jugaron fuerte.
Las reuniones con la alta dirección de Gas Natural y el equipo gestor de GNF Telecomunicaciones fueron intensas. La operación entró en la recta final la semana pasada, cuando Toni Bassolas, director general de Estrategia y Desarrollo del grupo catalán, les comunicó el pasado viernes, alrededor de las 14.30 horas, algunos cambios en los contratos que mantendrían la relación entre la matriz y la filial una vez vendida.
Con las nuevas directrices, había que rehacer los cálculos para ajustar los números de la oferta. Ese mismo día, Basolas, junto al número dos del departamento de fusiones y adquisiciones de Gas Natural, Lluís Noguera, y a Enrique Ugalde, el banquero de la firma de AZ Capital que fue contratada para asesorar en el proceso, informó a los compradores de que la fecha para presentar las ofertas finales expiraba el martes 10 de junio a las 18.30 horas.
Acuerdo con los gestores
Con este calendario, varios de los compradores trabajaron el fin de semana para afinar su propuesta y convocaron a sus comitíés de inversión para que fuese aprobada en la mañana del lunes. Como la mayoría de los candidatos eran extranjeros, muchos de los responsables en España de estas firmas tomaron un avión el domingo camino de Londres, donde se reuniría el comitíé de dirección. Cuando iban a entrar a sus respectivos encuentros, sus abogados les indicaron que Gas Natural ya había comunicado oficialmente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores la venta de GNF Telecomunicaciones a Cinven.
La indignación fue creciendo exponencialmente conforme se extendió la sospecha de que esta firma europea, dirigida en Madrid por Enrique Quemada, había pactado un acuerdo con el equipo gestor de la filial para premiarles en caso de ser ellos los ganadores, una práctica habitual cuando se trata de un management buy out o adquisición de una compañía por los directivos con financiación externa. En teoria, en esta ocasión el comprador es Cinven, que aprovechó el comunicado oficial para confirmar la continuidad de los directivos de GNFT liderados por íñigo García del Cerro. La firma ha declinado hacer cualquier comentario sobre este asunto.
Fuentes próximas a la transacción admiten que se cambiaron las reglas del juego, algo que no es muy habitual en estas operaciones, pero que es legal porque el vendedor se reserva el derecho de romper la subasta y adjudicar el activo a un comprador en paralelo. Es lo que se conoce en el sector como preempitive, una cláusula que casi nunca se pone en práctica, menos cuando falta apenas un día para cursar las ofertas definitivas. Gas Natural asegura que ha cumplido escrupulosamente con la carta proceso. Además, se asegura que todos los compradores tuvieron ocasión de sentarse con los directivos para informarles de sus intenciones.
“Lo que ha hecho Gas Natural y AZ Capital no es de caballeros. Es legal, pero no es profesional, y menos eleganteâ€, explica uno de los que se quedaron atónitos por la opaca decisión del grupo catalán, que todavía no ha recibido ni una llamada de Basolas, Noguera o Ugalde para explicarle lo ocurrido. Una opinión que comparte otro de los que se quedaron a las puertas. Un final que ha dejado un mal sabor de boca en la que iba a ser una de las operaciones más sexis del private equity.