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Autor Tema: El Gobierno divide la reforma fiscal en dos fases: una en 2015 y otra en 2016  (Leído 224 veces)

Eguzki

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La reforma fiscal se aplicará de forma progresiva. O dicho en tíérminos más concretos: una primera fase será efectiva ya desde el 1 de enero de 2015, pero la segunda no entrará en vigor hasta un año despuíés. Así­ se lo comunicó ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a los representantes de las dos principales organizaciones de trabajadores autónomos –UPTA y ATA–, a quienes reveló la creación de un nuevo tipo impositivo en el Impuesto de Sociedades del 15% que se aplicará sobre los beneficios de las empresas de nueva creación.

Montoro desveló, igualmente, que este este viernes el Consejo de Ministros será informado de un anteproyecto de ley, pero hasta el próximo lunes ese texto no se publicará en la página web del Ministerio de Hacienda, donde estará disponible durante dos semanas en el marco de un periodo de consultas públicas. Posteriormente, a mediados del mes de julio, el Consejo de Ministros aprobará el proyecto de ley, pero hasta septiembre –debido a las vacaciones parlamentarias– no comenzará su tramitación en el Congreso de los Diputados.

Según lo previsto por el Ejecutivo, a mediados de noviembre estará aprobada la ley, pero hasta el 1 de enero de 2015 no se aplicará la bajada de las retenciones fiscales derivada del nuevo IRPF. Eso sí­, en dos fases, aunque la ley haya sido ya publicada en el Boletí­n Oficial del Estado. Las retenciones de los profesionales podrí­an descender hasta el entorno del 18-20% (ahora el 21%). Y como ya anunció Montoro, el número de tramos de la tarifa se reducirá de siete a cinco.
Eso significa que hasta 2016 las nóminas no notarán toda la intensidad de la rebaja fiscal, que pretende sacar del pago de impuestos, como anunció Rajoy en el debate sobre el estado de la nación, a quienes obtengan unas rentas inferiores a 12.000 euros anuales. En el Impuesto sobre la Renta la idea serí­a mantener la actual dualidad. Es decir, una tarifa general para las rentas salariales y otra para las rentas del ahorro. En este caso, situando el tipo impositivo en el nivel más bajo de la escala general. Es decir, que si el tipo mí­nimo pasa del 24,75% actual al 20%, ese serí­a el tipo aplicado al capital. En paralelo, todas las retenciones bajarán a partir del 1 de enero de 2015.

Según Sebastián Reyna, secretario general de UPTA, Montoro avanzó ayer a las organizaciones de autónomos que la prometida rebaja del tipo que se aplica a las grandes empresas en el Impuesto de Sociedades tambiíén se hará en dos tramos. El primer año, bajará del 30% al 27,5%; y en el segundo, del 27,5% al 25%. Por el contrario, el tipo del 20% que ahora se aplica a las pymes permanecerá igual.

Empresas de nueva creación

La gran novedad, por lo tanto, es el tipo del 15% que se aplicará a las empresas de nueva creación, en lí­nea con el respaldo que ya se dio a las nuevas sociedades en la ley de emprendedores.

Según Sebastián Reyna, en la reunión de ayer el Gobierno ratificó su idea de no tocar los tipos impositivos en el IVA, salvo los que obliga Bruselas, y que se circunscriben al material sanitario. Pero no en todos los casos. La intención de Hacienda es mantener el tipo reducido a productos como las gafas graduadas, mientras que, por el contrario, subirá el de los aparatos sanitarios, las sábanas de hospital o los servicios de rayos X, que ahora se benefician de un tratamiento fiscal más favorable.
Un asunto central para los autónomos es el de los módulos. Y en este sentido, Montoro comunicó de forma oficial que, frente a lo propuesto por la Comisión de Expertos (aunque fuera de forma gradual), no desparecerán. Lo que se va a hacer es limitar su utilización, pero todos los autónomos que venden a particulares (como el taxi o la hostelerí­a) podrán seguir acogiíéndose al sistema.

Las limitaciones se aplicarán a quienes facturen a empresas. Y lo que todaví­a no está muy claro es cómo quedará el sistema de módulos en el transporte ligero, aunque está fuera de toda duda que cualquier modificación se hará de forma progresiva. Igualmente, se mantendrá en la agricultura y la pesca.

En el caso del Impuesto de Sociedades, lo que pretende la reforma fiscal es favorecer la creación de reservas propias más potentes para favorecer el proceso de desapalancamiento de muchas compañí­as altamente endeudadas. Y en esta lí­nea se favorecerá la conversión de deuda en capital para evitar que muchas compañí­as entre en concurso de acreedores. Por el contrario, se reducirán las deducciones, aunque salvando algunas que se destinan a investigación, desarrollo e innovación ( I+D+i).

Como ya publicó este periódico, la reforma fiscal será menos intensa de lo previsto inicialmente tambiíén en otro impuesto. Al menos, no se abordará en una primera fase la modificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, una de las principales reformas que planteó en su dí­a la llamada ‘Comisión Lagares’, que llegó a proponer una armonización de los tipos impositivos estableciendo un mí­nimo de tributación en todo el territorio nacional.

La causa de este aplazamiento –probablemente hasta 2016– tiene que ver con el hecho de que este impuesto está cedido a las comunidades autónomas, y el Ministerio de Hacienda ha considerado que este no es, precisamente, el mejor momento polí­tico para abrir el melón de la financiación autonómica.