El Gobierno argentino advirtió ayer de que una nueva decisión de la Justicia estadounidense a favor de los fondos especulativos acreedores de Argentina imposibilita pagar la deuda reestructurada a finales de junio, tal como estaba previsto, y revela la falta de voluntad negociadora.
El Ministerio de Economía argentino lamentó, en un comunicado, la decisión adoptada ayer por la Cámara de Apelaciones de Nueva York, que dejó sin efecto una medida cautelar (stay) que mantenía en suspenso la ejecución de la sentencia de Thomas Griesa, el juez que falló a favor de los fondos en el juicio contra Argentina.
Un giro que, en la práctica, abre la puerta a la ejecución de pagos a los fondos especulativos denunciantes
Esta decisión "impide a la Argentina efectuar el próximo 30 de junio el pago de los cupones de deuda en cumplimiento a sus acreedores reestructurados a menos que, en simultáneo, pague la totalidad de lo reclamado por los fondos buitres", que según el Ministerio de Economía podría ascender a 15.000 millones de dólares.
"El levantamiento del "stay" por parte del Segundo Circuito imposibilita así el pago en Nueva York del próximo vencimiento de la deuda reestructurada y muestra la inexistencia de voluntad de negociación en condiciones distintas a las obtenidas en la sentencia dictada por el Juez Griesa", agregó.
"Argentina reitera la voluntad de pago a sus acreedores reestructurados, ya que siempre ha ofrecido pagar bajo las mismas condiciones y en concordancia con la ley del país", concluyó el Ministerio en un escueto comunicado.
El anuncio de la Corte de Apelaciones de Nueva York se produjo poco antes de que una representación argentina se reuniera con el juez Thomas Griesa, que citó para la próxima semana a una nueva reunión entre Argentina y los fondos especulativos, en la que Buenos Aires tendrá que desarrollar una propuesta de negociación para abonar su deuda.
La Corte Suprema estadounidense rechazó el lunes una apelación de Argentina y dejó en firme una sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa que obliga al país suramericano a pagar a los fondos especulativos bonos en mora por 1.300 millones de dólares, una deuda que con intereses asciende a 1.500 millones de dólares.
Los fondos denunciantes rechazaron entrar en los canjes de deuda lanzados por Argentina en 2005 y 2010, a los que se adhirieron el 92 por ciento de los acreedores aunque incluían importantes quitas en los montos originales.