Por… Mauricio Castaño H.
Black Rock, roca negra. Es un consorcio financiero con sede en los Estados Unidos. Le bastan ciento cuarenta tentáculos empresariales para apresar el globo terráqueo. Este imperio financiero salió de la crisis del Wall Street. La televisión alemana Deutsche Welle la ha definido como el poder del dinero. La captación de recursos proviene de fondos estales (empleados, pensiones, vivienda), de los sectores energíéticos, minerales, etc., y sus derivados conflictos vueltos negocios. Seleccionado un jugoso territorio, proceden a desalojar a las comunidades, y despuíés asientan sus empresas. La AngloGold en Colombia, entre otros países, es una de ellas. Y así muchos negocios: Hidroelíéctricas, complejos petrolíferos, cultivos lucrativos que aceitan el carrusel financiero emitiendo bonos basura.
La roca negra expande sus tentáculos por todos los países, su gran poder radica en la disposición de información sigilosa y privilegiada, con su gran software Aladino, hacen cálculos financieros en milíésimas de segundos. Información destinada al mejor postor o para doblegar o chantajear a quien les plazca, a quien les convenga. Predicen crisis y provocan quiebras empresariales que luego compran barato. Así observan toda la banca y el negocio internacional. Gran panóptica.
El negocio no rinde culto más que al dinero. Dos ejemplos desalmados. El consorcio es dueño de un conjunto residencial en Alemania que amenaza ruina constante, a sus inquilinos no les ha servido ningún reclamo, a sus accionistas sólo les interesa recibir el canon mensual asegurados por contratos leoninos. Sólo interesa la ganancia producida, la infraestructura habitacional poco importa, ya ha sido librada. Cada vez esta lógica de ganancia se impone en el mercado mundial, la mayoría de familias es golpeada por financistas ambiciosos y despiadados. El otro ejemplo corresponde a una empresa que no paga las horas extras a sus empleados, argumenta que el solo tener empleo es suficiente para estar agradecido con la vida. Pues en la frontera consiguen la misma mano de obra a mitad de precio. Negocio es negocio, sin rostro ni alma humana.
Este colosal mercado desbordó, superó al Estado, lo achicó. Los imperios financieros no tienen patria, se advierte la inoficiosa lucha anti imperialista, anti globalización, o las adversidades de derecha o de izquierda. El mercado impone sus reglas a todos por parejo sin distingo alguno, con sus cachivaches nos asfixian, nos crean mundos ficticios de felicidad o angustia. Se constata que hay más mercado que Estado. Los poderes parecen no tener otra opción a la de sucumbir: Estado hasta donde sea necesario, mercado hasta donde sea posible, concibe la dogmática de la tercera vía. Gobernar con la mejor justicia para alcanzar grados de equidad.
¿Quíé nos queda de los gobiernos ante esta batalla perdida? Las rocas negras amenazan con aplastar. La roca negra es fiera. Es arrogante y desafiante, se atreve a destejer el arco iris. El siempre Borges escribió una variante posible: — ¿Quíé sucedió con los gobiernos? —Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más compleja que este resumen.
Suerte en sus vidas…