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Delegados sindicales, empresariales y representantes del gobierno sudafricano inician una nueva ronda de negociaciones para tratar de hallar una solución a la huelga metalúrgica que involucra a 220 mil obreros.
Dirigentes y miembros de la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos (Numsa) reunidos la víspera en un teatro de Johannesburgo confirmaron que el gremio se mantiene firme en sus demandas y proseguirá el paro iniciado el 1 de julio.
Despuíés de discusiones internas durante el fin de semana, el portavoz de la organización laboral Vuyo Lufele informó que el sindicato había decidido rechazar la última oferta de las patronales sobre un alza salarial del 10 por ciento.
Numsa exige un incremento del 12 por ciento en los sueldos mensuales, nuevos subsidios para viviendas y la eliminación de los intermediarios laborales.
Trascendió que la medida de fuerza está afectando el suministro de envases de lata para bebidas y piezas de automóviles, y ambos sectores están planeando detener producciones si la huelga dura más de dos semanas.
La compañía de embalaje más grande de este país, Nampak Ltd, indicó que casi el 40 por ciento de su plantilla laboral se había ausentado a partir del comienzo de la protesta sindical, con mayor impacto en Ciudad del Cabo y Johannesburgo.
Adicionalmente, el gremio metalúrgico advirtió que podría sumir a Sudáfrica en un apagón general como respuesta ante un edicto de restricción antihuelga dictado por la compañía energíética Eskom contra trabajadores afiliados a Numsa.
La masiva dejación de labores se calcula tendrá un costo de 28 millones de dólares diarios y amenaza con conducir al país hacia una recesión, si el segundo trimestre fiscal tambiíén arroja cifras negativas.
El primer periodo económico de este año ya fue perjudicado por la prolongada huelga en el sector del platino que, efectuada entre enero y junio, dejó píérdidas industriales por más de dos mil millones de dólares.
