Por... Leovani Garcia Olivarez
La VI Cumbre del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) constituirá una importante oportunidad para el acercamiento entre las naciones emergentes y las suramericanas, destacó un diplomático brasileño.
La celebración de esta cita en Brasil y el encuentro el 16 próximo de los mandatarios de las naciones integrantes de este grupo con los de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) será una ocasión trascendental para establecer mecanismos de cooperación políticos y económicos, declaró a Prensa Latina el escritor, político y diplomático Samuel Pinheiro Guimaraes.
Hablamos de un bloque integrado por amplios territorios y con grandes poblaciones que optaron por un desarrollo inclusivo, con tecnología y con peso en el escenario político internacional que ayudaría a incentivar el progreso en esta zona, subrayó.
A modo de ejemplo, Guimaraes mencionó a Rusia y China, reconocidas potencias nucleares y con asientos en el Consejo de Seguridad de la ONU. El país asiático -dijo- consolida su desarrollo y en pocos años se convertirá en la primera fuerza económica del planeta.
En este sentido, destacó la influencia brasileña con sus vecinos a partir del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, en 2003, y seguido por la mandataria Dilma Rousseff.
Pesa en esta cuestión la dimensión territorial y demográfica, con 200 millones de habitantes y las riquezas naturales, más ahora con las nuevas reservas de crudo encontradas en aguas profundas de ocíéano Atlántico, aseveró.
La decisión impulsada por Lula da Silva de comprender las diferencias, las asimetrías y de cooperar con los vecinos, sin intervenir en las políticas internas contribuyó al realce político de esta nación, recalcó.
En su opinión, Brasil podría participar aún más en los esfuerzos de desarrollo de los vecinos, a travíés del Mercado Común del Sur y de otros instrumentos regionales.
A veces no se consigue avanzar tanto como uno quiere, pero existen las condiciones, pues la aparición de gobiernos progresistas aquí, en Argentina, Uruguay, Bolivia Venezuela, Ecuador y ahora en Chile transformó la situación y generó puntos de vistas comunes, agregó.
Estas administraciones manifiestan en gran o menor medida preocupación por atender a los segmentos más pobres con programas de transferencia de ingresos, hay un deseo de reorganizar sus economías y sin obedecer uno más que otros a los modelos neoliberales, señaló.
Los gobernantes reconocen asimismo la importancia de desarrollar la infraestructura económica, otorgar importancia a la renovación de la industria y existe un consenso en avanzar hacia una integración.
En general, los líderes regionales tienen estas preocupaciones por la unidad sudamericana y latinoamericana, con íénfasis en la cooperación económica entre ellos, concluyó.