EFE
Una delegación de parlamentarios de Reino Unido inicia una vista de dos días a los cultivos agrícolas de tabaco en Carolina del Norte, con el fin de evaluar las condiciones en las que trabajan los campesinos de la industria del tabaco y que, en su gran mayoría, son inmigrantes.
El recorrido es coordinado por el Sindicato de Trabajadores Agrícolas (FLOC, en inglíés), un grupo que representa a los campesinos del sur y el medio oeste del país, y que desde hace siete años ha mantenido una lucha con la compañía RJ Reynolds Tobacco Co. para que brinde mejores condiciones laborales a los campesinos en Carolina del Norte.
La compañía es un gran comprador de tabaco en Carolina del Norte, el estado de con el mayor número de cultivos de este producto en EE.UU. y en donde más de 20.000 jornaleros, muchos de ellos inmigrantes indocumentados, trabajan en cerca de 1.600 granjas.
"Queremos que los parlamentarios escuchen las historias de los migrantes, de las condiciones a las que se exponen; y ejercer presión para que se realicen los cambios en la cadena de producción que deja miles de millones de dólares en ganancias a las empresas", afirmó hoy a Efe Justin Flores, vicepresidente de FLOC.
La delegación está conformada por los congresistas Ian Lavery y James Sheridan, quienes estarán acompañados de la legisladora demócrata de Ohio Marcy Kaptur y un representante del parlamentario G.K. Butterfield, de Carolina del Norte.
Con esta visita, FLOC busca atraer la atención internacional sobre la situación de los campesinos que trabajan en la industria del tabaco en este estado y ejercer presión a la firma British American Tobacco, que posee el 42 % de acciones de Reynolds American, la empresa matriz de RJ Reynolds Tobacco Co.
Según el sindicato, los campesinos de Carolina del Norte viven en campos de trabajo con duchas insuficientes o que no funcionan, sufren de enfermedades causadas por el tabaquismo y la exposición a pesticidas peligrosos, además de cumplir largas jornadas laborales y recibir salarios casi en la línea de pobreza.
El organismo inició el pasado junio una campaña para aumentar su número de afiliados y que ha dejado como saldo hasta el momento 700 nuevos trabajadores del campo asociados al sindicato.
De acuerdo con Baldemar Velasquez, presidente y fundador de FLOC, las tensiones han "aumentado" a raíz de que cientos de trabajadores agrícolas se han unido al sindicato para exigir mejores derechos laborales a la industria tabacalera estadounidense.
FLOC cuenta con más de 7.000 miembros en Carolina del Norte y se anotó una victoria el año pasado cuando la Asociación de Rancheros de Carolina del Norte aceptó que los campesinos que trabajan en el estado con visas H2-A puedan afiliarse a un sindicato.
"Las compañías simplemente no pueden tener estas políticas corporativas y callan cuando miles de trabajadores se enfrentan a la intolerancia y la intimidación cuando exigen derechos humanos básicos", resaltó Velasquez.