EFE
Bolivia logró poner en marcha la planta metalúrgica de Karachipampa para fundir plomo y plata, tras haber solucionado los problemas que impidieron su funcionamiento durante casi 30 años, informó el ministro de Minería, Cíésar Navarro.
El funcionario dijo que este mes la planta, situada en el departamento andino de Potosí, producirá lingotes de plomo con una pureza del 99,8 % y en septiembre lingotes de plata, según un comunicado del ministerio.
La fundidora comenzó a trabajar con plomo y plata provenientes de la empresa minera San Cristóbal, filial de la compañía japonesa Sumitomo, y de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
Karachipampa, que tiene una capacidad de tratamiento de 51.000 toneladas, fue construida en 1985, pero nunca funcionó debido a que entonces la producción era insuficiente.
El enero del año pasado, el presidente boliviano, Evo Morales, dio por reiniciadas las operaciones de la planta, pero semanas despuíés otra falla volvió a inhabilitar la instalación.
Antes, el Gobierno de Morales tuvo un conflicto con la empresa canadiense Atlas Precious Metals, que en 2008 había comprometido 85 millones de dólares para poner en marcha el complejo.
El Ejecutivo cobró en 2010 a la canadiense una garantía de 850.000 dólares, con el argumento de que no había avances en el proyecto y que sus inversiones apenas llegaron a dos millones.
Un año despuíés, Atlas y las autoridades bolivianas alcanzaron un acuerdo económico para la salida de la empresa del proyecto, que pasó a la administración de la Comibol.