Tótum revolútum en la venta de los activos españoles de la elíéctrica alemana E.ON. El fondo de capital riesgo CVC, uno de los candidatos para imponerse en la millonaria puja, ha contratado para definir y financiar su oferta los servicios del banco de negocios italiano Mediobanca, cuyo máximo responsable para nuestro país es el financiero Borja Prado, a su vez presidente de la elíéctrica Endesa, filial de la tambiíén italiana Enel, interesada de igual manera en este proceso, tal y como ha trascendido de forma pública estos días pasados.
La aparente participación de Endesa (Enel) en el proceso de venta no ha impedido que Mediobanca participe como asesor de un tercero, en este caso con el fondo CVC, según fuentes financieras. En ocasiones anteriores, el presunto conflicto de interíés generado por la duplicidad de cargos de Borja Prado tuvo que ver con la contratación de Mediobanca por parte de Endesa, aunque el banco de negocios italiano ha trabajado estrechamente con la elíéctrica desde que ayudó a Enel a hacerse con su control (92%).
En esta ocasión, la decisión de abandonar España por parte de E.ON, tal como adelantó este diario en julio, ha acaparado el interíés de grandes fondos de inversión como CVC, Riverstone, Macquiere o Brookfield, además de Acciona (KKR), EDP (Borealis) y Gas Natural Fenosa. Tambiíén han aparecido otros nombres como los de Villar Mir o Endesa, que a pesar de su plan de desinversión estaría interesada por los activos de E.ON, parte de los cuales pertenecieron a Endesa (además de Viesgo) antes de que Enel los vendiera tras hacerse con el control.
Desde 2008, tras el controvertido desembarco del gigante energíético italiano, la presidencia de la elíéctrica española ha estado ocupada por Borja Prado, cargo no ejecutivo que ha compatibilizado con la representación en nuestro país de Mediobanca, a pesar de las situaciones de potencial conflicto de interíés generadas durante este tiempo, como cuando cofinanció la ofensiva de ACS para hacerse con el control de Iberdrola, competidora con la que Endesa se ha peleado por la hegemonía del mercado domíéstico de la electricidad.
Durante este periodo, el paso de Borja Prado al frente de Endesa ha estado marcada por la venta de activos (red de transmisión, distribución de gas) para reducir la deuda asumida por Enel para financiar la adquisición y por los cambios regulatorios sobre el sector elíéctrico impulsados por PSOE y PP. No en vano, la propia E.ON deja entrever que una parte de su decisión está condicionada por la inestabilidad del marco jurídico, aunque en el fondo obedezca a cuestiones de pura falta de rentabilidad de la inversión de 11.500 millones.
La oferta ganadora deberá aproximarse a los 3.000 millones de euros, unas diez veces el beneficio bruto de explotación, que el año pasado alcanzó 300 millones. El negocio de E.ON en España cuenta con más de 1.100 empleados y más de 650.000 clientes, además de plantas de generación en Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cataluña que suman una potencia de 4.500 megavatios (MW) y 33.000 kilómetros de red para distribuir electricidad en Cantabria, Asturias, Norte de Castilla y León y Galicia.