La banca busca mejores rentabilidades y una mayor diversificación en su cartera de activos financieros para impulsar su cuenta de resultados ante el desplome de su actividad y el aumento de las provisiones. La caída de los bonos españoles en los últimos meses como consecuencia de la mejora económica del país está provocando un viraje en sus inversiones. Las grandes entidades se han desprendido de 14.637 millones en obligaciones y letras del Tesoro, con plusvalías importantes, y han invertido más de 25.500 millones en emisiones de países extranjeros.
Con este movimiento, el Santander, BBVA, Caixabank, BFA-Bankia, Sabadell y Popular acumulaban al cierre del primer semestre en su cartera de negociación 81.656 millones en deuda pública foránea, lo que supone un incremento del 45 por ciento con respecto a junio de 2013.
Entonces, los principales bancos contaban con una cifra ríécord de bonos de nuestras Administraciones, fruto de la sustancial inversión realizada en plena crisis de los perifíéricos con el dinero prestado por el BCE, sobre todo, en las dos macrosubastas de liquidez celebradas en 2012, y por la rentabilidad que ofrecían. El interíés, en su mayor apogeo, alcanzó el 7,5 por ciento por la subida de la prima de riesgo a los máximos históricos, meses despuíés de que se pidiera el rescate bancario a Europa por hasta 100.000 millones. La cartera de deuda española en sus balances alcanzó los 154.000 millones. En la actualidad es un 9,5 por ciento menos.
Algunos cálculos de analistas indican que buena parte del margen financiero de las entidades, en torno al 35 por ciento, se construyó el año pasado con los cupones que obtenían por esta cartera.
Sin castigo en los test
Las entidades comenzaron a deshacer sus posiciones con intensidad en estos títulos en otoño del año pasado ante las dudas a una penalización en los test de estríés que celebrará del BCE, cuyos resultados se conocerán a finales de octubre. En los últimos exámenes europeos se fijaron descuentos a los bonos de los estados con graves problemas, entre los que se encontraba España, Italia y Portugal, entre otros, con lo que hubo un castigo para la banca de nuestro país.
Los criterios definitivos de los test, conocidos está pasada primavera y que no incluyen descuentos por la renta fija pública, han provocado que los bancos vuelvan a adquirir, aunque con menor intensidad, deuda española.
No todos cuentan con la misma estrategia, pero en tíérminos generales, el sector está vendiendo bonos para cosechar plusvalías y comprar otros pero con una mayor diversificación.
Así, el resultado de operaciones financieras de los seis grandes alcanzó en el primer semestre de este año 4.500 millones, principalmente por la desinversión de renta fija. Por entidades, por ejemplo, mientras el Santander, BFA-Bankia y el Sabadell han reducido su cartera española y han incrementado sus posiciones en la foránea, BBVA ha elevado la de ambas. Caixabank, en cambio, ha incrementado la primera y ha disminuido la segunda. Y, por último, el Popular ha mermado las dos.
El grupo que más recursos ha destinado a la renta fija pública disponible para la venta es BBVA, con más de 75.000 millones. El Santander, el segundo, con cerca de 61.000 millones. Por contra el Popular es el que menos títulos de los estados, por un valor inferior a los 15.000 millones, de los que la inmensa mayoría corresponden a España. En el caso de BFA-Bankia no se incluyen los 20.000 millones que tiene invertidos gracias a los recursos obtenidos con el traspaso de activos tóxicos a la Sareb.
Según los datos disponibles, la compra en el extranjero se ha dado, en su mayor parte, tanto en economías emergentes, como Míéxico, como en consolidadas y sin ningún tipo de riesgo, como Estados Unidos. Pero, tambiíén, en países sólidos que presentan cierta incertidumbre todavía, como Italia, cuya deuda renta más que la española.
El único banco que detalla pormenorizadamente por estados sus inversiones es Sabadell. En su caso, su dinero fue a parar en los últimos doce años hacia Italia, Portugal y Míéxico, aunque elevó tambiíén su posición en EEUU, mientras disminuyó la cartera de Holanda y redujo a cero la de Austria y Francia. En concreto, ha apostado 2.832 millones a la deuda italiana, de los poco 3.700 millones desembolsados en renta pública del exterior.
BBVA, sin tanto detalle, concreta que ha invertido 1.000 millones más en deuda azteca, ha mantenido prácticamente el mismo importe en la de EEUU y ha incrementado en más de 7.000 millones la de Europa y el resto del mundo
