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Autor Tema: Rusia baraja vetar la importación de vehí­culos de EEUU y la UE  (Leído 110 veces)

Eguzki

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Las ventas en Rusia caen en lo que va de año un 7%, y se verí­an amenazadas por la posibilidad de que el Gobierno de Putin prohí­ba la importación de vehí­culos si EEUU y la UE endurecen sus sanciones.
Todos los analistas dieron por hecho que era cuestión de tiempo, y relativamente poco, que Rusia superase a Alemania como primera potencia europea, cuando a principios de la díécada pasada su mercado automovilí­stico comenzó a crecer de forma sustancial.

Entre 2005 y 2008 fue capaz de doblar las matriculaciones hasta los 2,9 millones de unidades, apenas 200.000 vehí­culos por debajo del gigante germano.

Sin embargo, en un sólo año de crisis (2009) perdió todo lo ganado, con una brutal contracción de casi el 50%. Pero resurgió de sus cenizas y en 2012 ya estaba otra vez en los 2,8 millones. En 2013 la racha se rompió (6% menos) y por lo que está ocurriendo este ejercicio, con una caí­da del 7% en el primer semestre, aquel objetivo tendrá que seguir esperando.

Sobre todo, si a la debilidad que ha venido demostrando la propia demanda, se unen circunstancias como la crisis desatada en Ucrania y agravada desde el derribo del avión de Malasian Airlines con 298 personas a bordo. Según ha publicado el diario local Vedomosti, el Gobierno de Putin baraja prohibir la importación de vehí­culos si EEUU y la UE endurecen sus sanciones.

Tal posibilidad se habrí­a planteado ya a comienzos de agosto, pero entonces se decidió limitar las prohibiciones a los alimentos. Además, desde comienzos de este verano, las administraciones públicas rusas no tienen permitido recurrir a vehí­culos producidos en el exterior para renovar sus flotas, en un intento de proteger a la industria local.

De dar el visto bueno a la medida ahora, se podrí­a tratar tanto de impedir la importación de coches o de componentes para su fabricación, como de un aumento en las tasas arancelarias. En cualquier caso, supondrí­a un duro golpe para una demanda ya de por sí­ maltrecha, castigada por el encarecimiento de los críéditos pero más aún por la devaluación del rublo. í‰ste se cotiza a su nivel más bajo en los últimos 14 años, encareciendo precisamente las importaciones.

Por ejemplo, las matriculaciones cayeron un 8% en abril, un 12% en mayo, en junio el retroceso ascendió hasta el 17,3% y en el pasado mes de julio, el desplome se aceleró hasta el 23%. En este contexto, el cierre del mercado a los vehí­culos llegados del exterior supondrí­a algo así­ como la puntilla: en la primera mitad del año, uno de cada cuatro turismos adquiridos en Rusia eran importados, aunque tambiíén es cierto que de los diez modelos más vendidos, todos son producidos localmente, según datos de la Association of European Businesses.

La medida, por supuesto, repercutirí­a en beneficio de aquellos fabricantes instalados en el paí­s (como Nissan-Renault, Ford y Opel) ya que quedarí­an al margen de su aplicación; y perjudicarí­a notablemente a las marcas de lujo que, como Mercedes-Benz, tienen que importar la totalidad de su gama de turismos.

Lo cierto es que si expertos y analistas comenzaron el año pronosticando un descenso en la demanda de un 4%, PwC ha revisado las suyas a la baja y ahora apunta a una caí­da de hasta un 12%. Y antes del verano, la consultora LMC pronosticaba que si la crisis generada por Ucrania perduraba o se agravaba, se podrí­an dejar de matricular uno de cada cinco coches respecto a 2013.