El ministro de Economía, Luis de Guindos, descarta que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) vaya a vender nuevas participaciones de BFA-Bankia al menos hasta octubre, cuando se conocerán los resultados de los test de estríés que realizará el Banco Central Europeo (BCE) a un total de 124 bancos europeos (15 españoles) y que confía que la entidad que preside Josíé Ignacio Goirigolzarri supere "con nota".
Así lo señala en una entrevista concedida a Europa Press, en la que recuerda que todo el sector financiero español está en estos momentos inmerso en un "proceso muy importante" como es la valoración de activos y las pruebas de esfuerzo del BCE, previo a la asunción de sus nuevas responsabilidades como supervisor bancario único para toda la Eurozona.
"Despuíés de octubre tendremos un panorama mucho más claro y clarificado, no sólo de la banca española o de Bankia, sino del conjunto de la banca europea. Ahora tenemos un hito muy importante que terminará en un par de meses y, a partir de ahí, se analizarán todas las alternativas disponibles. Pero estoy convencido de que Bankia va a superar las pruebas de esfuerzo con buena nota", afirmó el titular de Economía, que cree igualmente que el resto del sector financiero español está "bien preparado" para afrontar estos test.
Preguntado sobre la posibilidad de que la venta de un nuevo tramo accionarial se limite a menos del 10% de la participación pública actual, que a 1 de agosto ascendía al 61,5% del capital social, para mantener el control de la entidad, De Guindos asegura que no hay "nada predeterminado" en ese sentido, si bien matizó que se puede conservar el control con menos del 50% siempre y cuando se sea el accionista mayoritario.
"Pero no prejuzgo lo más mínimo. En estos momentos vamos a ver cómo acaban, que estoy confiado, las pruebas de esfuerzo y a partir de ahí se irán tomando las decisiones", insistió, valorando en cualquier caso el giro de 180 grados que ha dado la entidad, que "hoy se percibe como una de las más solventes y mejor gestionadas del país" y que, por tanto, está contribuyendo a la recuperación económica.
Por otra parte, el ministro de Economía no descarta que "en el futuro próximo" el FROB pueda decidir devolver anticipadamente nuevos tramos del rescate europeo, como ya sucedió a principios de julio, cuando España reintegró al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) 1.300 millones de euros de forma voluntaria.
"Es una posibilidad que está ahí. Fue una señal positiva, en la dirección correcta, y supongo que esas señales se pueden seguir reproduciendo en el futuro próximo", señaló, sin querer adelantar fechas o cantidades concretas.
La otra cara de la moneda del rescate financiero es la recuperación de los fondos públicos que se inyectaron en distintas entidades bancarias, y que rozan los 61.500 millones de euros desde el año 2009, de los cuales 39.000 millones corresponden a la ayuda europea solicitada por el Ejecutivo 'popular' en 2012. De ellos, ya se han recuperado unos 5.000 millones gracias a la venta de NCG y Catalunya Banc.
En este sentido, el ministro eludió cuantificar quíé cantidad del dinero restante podrá reintegrarse a las arcas públicas, aunque insistió en que se hará "todo lo posible" por recuperar "una gran mayoría". Para ello, será fundamental cómo se actúe en relación con el Banco Mare Nostrum (BMN) y, sobre todo, con Bankia, que tienen "mucho valor implícito" a travíés del cual se debe "maximizar el retorno".
En cualquier caso, y aunque De Guindos se hace responsable "sólo de las ayudas inyectadas" por este Ejecutivo y no por el anterior, lo más importante del rescate no ha sido a su juicio el dinero utilizado, sino que se ha conseguido cambiar la percepción sobre el sistema bancario español, algo sin lo que "la recuperación económica hubiera sido imposible", ya que era la clave del "círculo vicioso entre el riesgo bancario y el riesgo macroeconómico".
"Eso se ha roto. En estos momentos se percibe que el sistema bancario español está muy bien preparado, y íése es el cambio fundamental. En estos momentos la banca española no genera desconfianza, sino que genera interíés y está contribuyendo a la recuperación", insistió el ministro.
Y, en este punto, subrayó que el principal reproche que se puede hacer al anterior Gobierno del PSOE en esta materia no es que inyectara más de 30.000 millones de euros a la banca, sino que lo hiciera "sin realizar la reestructuración" del sector.
"Si se hubiera inyectado el dinero pero se hubieran eliminado las dudas sobre el sistema financiero, evidentemente estaríamos en una situación diferente, porque mucho más grave incluso que los 30.000 millones era la ligazón entre el riesgo bancario y el macroeconómico, que es lo que estuvo a punto de llevar a España al rescate completo", explicó, subrayando que, por contra, el PP sí ha conseguido recuperar la "confianza y percepción de solvencia y liquidez" del sistema bancario.
En cualquier caso, con la puesta en marcha del nuevo supervisor bancario único y del mecanismo de resolución europeo se produce "un cambio de mentalidad" completo, ya que el 90% de las entidades españolas pasarán a estar supervisadas por el BCE y las decisiones sobre su resolución o reestructuración se tomarán en instancias comunitarias.
"La supervisión, la regulación y la potencial reestructuración del sistema bancario en Europa se ha modificado completamente por la unión bancaria. Por tanto, la situación es completamente distinta, y el caso del Banco Espírito Santo (BES) ha sido un ejemplo", señaló el ministro, destacando que a partir de ahora el coste de cualquier crisis financiera recaerá fundamentalmente en los tenedores de los pasivos bancarios y no en los depositantes ni en los contribuyentes.
Y es que la nueva realidad europea pasa por que "la política económica cada vez se hace menos en Madrid y más en Bruselas", algo que justifica tambiíén la importancia de 'colocar' a representantes españoles en puestos institucionales relevantes a nivel europeo e internacional.
En ese contexto se justifica la decisión de enviar al actual secretario de Estado de Economía, Fernando Jimíénez Latorre, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al presidente del Instituto de Críédito Oficial (ICO), Román Escolano, al Banco Europeo de Inversiones (BEI), ambos cargos "muy importantes" para España. Sobre sus sustitutos, el ministro se limitó a señalar que serán "perfiles profesionales y del actual equipo" y que se darán a conocer "dentro de unas semanas".
Finalmente, en relación con la posibilidad de que el propio De Guindos sea nombrado nuevo presidente del Eurogrupo en el próximo Consejo Europeo previsto para el 30 de agosto, el ministro declinó entrar en "especulaciones de futuro" y se limitó a señalar que está "a disposición" de Rajoy. "Yo haríé lo que me diga el presidente del Gobierno que tengo que hacer. Será lo que tenga que ser, pero por el momento toda mi atención está en la cartera de Economía, que es lo que ocupa el cien por cien de mi tiempo", zanjó.