La mejora de actividad, aunque lenta, empieza a percibirse con algo más de nitidez en las arcas públicas. El Estado consiguió elevar sus ingresos hasta julio en un 8,2% en relación al año anterior -alcanzaron, en total, los 73.279 millones de euros-. La recaudación de mayoría de tributos aumentó, con la excepción notable del Impuesto sobre Sociedades, que se desplomó prácticamente a la mitad a causa, sobre todo, del aumento de las devoluciones.
Al mismo tiempo, en los siete primeros meses del año, el Estado logró contener sus gastos un 2,6, hasta los 100.816 millones, en comparación con el año previo, gracias, sobre todo, a la disminución de las transferencias corrientes. Su necesidad de endeudamiento tambiíén se redujo, en concreto, un 25,8%, hasta los 39.524 millones.
Los ingresos impositivos, incluyendo las cotizaciones sociales, sumaron 99.013 millones de euros, lo que supone un repunte del 3,8% que, ajustando el distinto ritmo de devoluciones o el modo diferente de contabilizar las retenciones de la deuda, es en realidad del 5,4%.
En los siete primeros meses del año, el montante recabado por la Administración central en tíérminos de tributos directos y cotizaciones sociales suma 50.288 millones de euros, es decir, prácticamente iguala la recaudación de 2013 para el mismo periodo.
Los ingresos del impuesto sobre la renta se elevan un 5,3%, hasta los 45.936 millones, debido principalmente al incremento de las retenciones del trabajo tanto por la mejora del empleo, como por la del tipo de retención, pero tambiíén por el efecto de la paga extra de los funcionarios públicos. Del mismo modo, influye en el IRPF el gravamen sobre premios de determinadas loterías, que aumenta en 95 y 201 millones de euros.
Una de las cifras más llamativas la tenemos en Sociedades, que cae un 49,6%, a 2.068 millones de euros, fundamentalmente por el aumento de las devoluciones en relación a 2013, pero tambiíén debido a que el año pasado se contó en ese periodo con el ingreso extraordinario del gravamen sobre la revalorización de activos, que ascendió a 231 millones. Sin embargo, los datos de los pagos fraccionados evidencian una subida del 13,9% hasta julio, por la mejora de los grupos consolidados y de las grandes empresas.
Lo recaudado en tíérminos de impuestos indirectos asciende a 48.725 millones, con un incremento del 8,2%. El IVA aporta 18.791 millones a las arcas del Estado, un 12,1% más que en los siete primeros meses del año pasado.
No sucede lo mismo con los impuestos especiales, cuya recaudación desciende un 17,5% en relación al ejercicio previo, hasta los 3.825 millones de euros. Todas las figuras, salvo Hidrocarburos, que aumenta un 11,1%, sufren un retroceso considerable, que se percibe sobre todo en Labores del Tabaco, con un retroceso del 41% -hasta los 1.217 millones-. Tambiíén se aprecia un incremento notable de los ingresos a travíés de las tasas o precios públicos, que suben un 66,2% -7.697 millones-.
Caída de los gastos
Hasta julio, los gastos de personal descendieron un 1,3% a 9.260 millones de euros. Esto, pese a que los sueldos y salarios del personal activo se elevaron un 2,2. Las transferencias corrientes se redujeron un 8,3%, con un volumen de 60.490 millones.
Las transferencias a la Seguridad Social pasaron de los 11.914 millones de euros de 2013, a los 9.155 millones, de los que una parte se destinó a cubrir obligaciones y a regularizar insuficiencias de los ejercicios previos. Tambiíén fue menor la aportación para financiar los complementos a las pensiones mínimas, que pasó de 6.579 millones un año antes, a los 5.089 millones de los siete primeros meses de este año. Las transferencias a las comunidades autónomas se redujeron algo más, un 22,5%.
Hasta julio, la necesidad de endeudamiento del Estado se redujo, además, un 25,8%, alcanzando la cifra de 39.524 millones de euros, es decir, 13.740 millones menos que en el mismo periodo de 2013. Esta disminución responde a dos causas: en primer lugar, a que el díéficit de caja por operaciones no financieras ha menguado en 8.237 millones de euros; y en segundo lugar, a la reducción en 5.503 millones de euros del volumen de operaciones netas realizadas con activos financieros.