Si lo que intentaba Mario Draghi era, entre otras cosas, debilitar el euro para que las empresas europeas sean un poco más competitivas en el exterior, puede darse por setisfecho. Desde principios de verano la divisa europea retrocede un 6% frente al dólar. Hoy cotiza en 1,287 dólares, el nivel más bajo en 14 meses. Un informe de la Fed de San Francisco que sugiere que los tipos subirán más rápido de lo que descuenta el mercado desató las subidas del dólar.
Sin mucho que rascar en una Bolsa que, en zona de máximos, espera recuperar el aliento o nuevos estímulos para volver a las subidas, los mercado de divisas y de materias primas se erigen en protagonistas esta semana. Los futuros de la renta variable en Europa apuntan a descensos, con el inversor pendiente, esta semana, del referíéndum escocíés del día 18. Andaba preocupado por otras cuestiones el bolsista en los últimos meses cuando se da cuenta de que el corazón financiero de Europa se enfrenta a una posible secesión por voluntad popular.
La libra cayó el 1% el lunes, el mayor descenso en más de un año, con las ventas afectando tambiíén al Footsie de Londres, especialmente al sector financiero. No es que los mercados estíén aterrados ante la perspectiva de la independencia escocesa; más bien, no contaban con la posibilidad de que los vecinos del Norte prefiriesen separarse. Ahora toca pensar en posibles consecuencias financieras.Y no financieras; en un eventual Reino Unido sin Escocia, el poder de los euroescíépticos aumentaría exponencialmente, poniendo en peligro la pertenencia del británica a la UE.
En Asia, la festividad en Hong Kong y Corea del Sur (festival de otoño) resta relevancia a las sesiones de Bolsa. El índice Nikkei terminó la sesión con alzas por la caída del yen frente al dólar. En Estados Unidos, la jornada anterior, los mercados cerraron a la baja, restando aún más incentivos para las compras en Europa.
