Por... Gideon Rachman
En la primera semana de transacciones despuíés de los ataques terroristas del 11 de septiembre, el Dow Jones cayó un 14 por ciento. Pero el Dow y el Nasdaq recuperaron sus niveles previos pocos meses despuíés de los ataques.
A principios de año, di una charla sobre “el riesgo geopolítico†a una gran conferencia de inversores. Trotíé eníérgicamente por todas las zonas relevantes: Rusia, el Medio Oriente, el Mar del Sur de China, la eurozona. Más adelante, mientras tomaba un cafíé con uno de los otros oradores, un cíélebre inversor de capital privado, le preguntíé con quíé frecuencia pensaba acerca del riesgo geopolítico.
“Casi nuncaâ€, respondió. “Más bien nos fijamos en las empresas, los flujos de efectivo, las inversiones en síâ€.
Puesto que el hombre con quien estaba hablando es un multimillonario, y que puso fin a la conversación ofreciendo llevarme a Madrid en su jet privado, sería tonto descartar sus puntos de vista. La mayoría de las veces, tiene sentido que los inversores traten las noticias políticas como ruido de fondo, como algo sólo marginalmente más relevante que las páginas deportivas.
La falta de conexión entre los mercados y la política ha sido particularmente interesante recientemente. La semana pasada, cuando los periódicos estaban llenos de historias sobre la guerra en Ucrania y el Medio Oriente – así como la posible ruptura del Reino Unido – el FTSE 100 alcanzó un nuevo máximo de 14 años. La semana anterior, el S&P 500 de EU rompió 2,000 puntos por primera vez.
La respuesta estándar a todo esto de parte de un comentarista político sería criticar la falta de visión de los inversores. Pero hay otra posibilidad. Tal vez los mercados están en lo cierto. Por supuesto, de vez en cuando, un shock político causará que las acciones caigan – durante un tiempo. Pero las experiencias recientes sugieren que la recuperación es a menudo sorprendentemente rápida.
En la primera semana de transacciones despuíés de los ataques terroristas del 11 de septiembre, el Dow Jones cayó un 14 por ciento. Pero el Dow y el Nasdaq recuperaron sus niveles previos pocos meses despuíés de los ataques.
Ha pasado mucho tiempo desde que la política internacional realmente transformó el panorama para los inversionistas por años – en lugar de semanas o meses. Las últimas veces que se me ocurren son la crisis petrolera de la díécada de 1970 que siguió a la guerra árabe-israelí de 1973 y la revolución iraní de 1979.
Desde entonces, el mundo se ha caracterizado menos por cuestiones de riesgo geopolítico y mucho más por las oportunidades geopolíticas. Los cambios políticos provocados por el final del maoísmo condujeron a la transformación económica de China. Los mercados se abrieron para los inversores en Europa despuíés de la caída del Muro de Berlín. El final de las dictaduras en Amíérica Latina en la díécada de 1980 se vio seguida por la adopción generalizada de políticas más favorables al mercado.
Por lo tanto, sería completamente erróneo decir que la política mundial no ha sido importante para los inversores en las últimas díécadas. Es sólo que el cambio político, a nivel mundial, ha hecho más para crear oportunidades que para destruirlas.
Esos eventos, por supuesto, acarrean todo tipo de sucesos políticos que pueden afectar negativamente el clima de inversión en determinados países. Es útil saber si se está gestando un golpe de estado o una guerra. Pero los grandes cambios a nivel mundial en la confianza de los inversores, en las últimas díécadas, han sido impulsados por la economía, y no por la política: algunos buenos ejemplos son el estallido de la burbuja de las puntocom en 2000, la crisis financiera de 2008 y la flexibilización cuantitativa en EU.
La explicación detrás de los máximos actuales del mercado es probablemente atribuible a que los inversores siguen estando mucho más preocupados por la política monetaria que por las guerras. Pero ¿puede esa actitud sobrevivir el actual período de agitación geopolítica? En la díécada de 1970, la guerra y la revolución propulsaron los precios de la energía a niveles que conmocionaron las economías occidentales y las llevaron a la recesión. Ahora, dos de las principales regiones productoras de energía del mundo – Rusia y el Medio Oriente – están en un estado de inestabilidad. Y sin embargo, el precio del petróleo ha bajado.
Hay algunas razones por las que esto podría estar ocurriendo. En primer lugar, la “revolución de esquisto†en EU ha hecho que los mercados mundiales de la energía sean menos vulnerables ante los acontecimientos en el Medio Oriente. En segundo lugar, las guerras en el mundo árabe aún no ha afectado la producción de petróleo de Arabia Saudita o los países del Golfo.
Por último, Rusia aún no ha hecho serias amenazas de sanciones energíéticas contra Occidente. Si la guerra alcanza el Golfo, o Rusia cierra el grifo energíético, los mercados seguramente entrarían en un estado de pánico.
Tambiíén existe una amenaza política más grande y más general que los inversores pronto podrían tener que encarar. Durante los últimos 40 años, el cambio político ha sido generalmente en una dirección – impulsando a que cada vez más países se incorporen al sistema de mercado global, aumentando las oportunidades para el comercio.
Es posible que lo que está sucediendo en Rusia sea una versión extrema del regreso de la política nacionalista. El nacionalismo y las inversiones tienden a no llevarse bien.