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Autor Tema: «Es un hecho insólito que demuestra un total abuso de poder»  (Leído 711 veces)

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Pagó 60 euros de multa por ir hablando con el copiloto mientras circulaba por la autoví­a del Cantábrico a la altura de Grases, en Villaviciosa. ílvaro López Iglesias, que trabaja como catedrático de instituto en Inglaterra, fue multado por la Guardia Civil por «conducir un vehí­culo sin mantener la atención permanente en la conducción». Iba charlando con su hermano, que iba sentado en el asiento del acompañante. Ambos se dirigí­an junto a su madre, una anciana de 90 años residente en Gijón, a realizar una visita a Covadonga. Tuvo que pagar el importe de la multa en el acto.
«Es un hecho insólito que demuestra un total abuso de poder por parte de los agentes de la Guardia Civil. Conducí­a de forma totalmente reglamentaria y como no tení­an por quíé sancionarme, me multaron por ir conversando», asegura. Los hechos ocurrieron el pasado 23 de mayo cuando circulaba al volante de un vehí­culo alquilado.
«Observamos cómo la Benemíérita nos seguí­a durante un tramo. En un momento dado, nos hicieron señas para que nos arrimásemos al arcíén; les mostramos la documentación, que tení­amos al dí­a», narra el multado. No obstante, los agentes le dijeron que debí­a abonar una multa de 60 euros «alegando que í­bamos hablando».
Recurrida
ílvaro López Iglesias abonó la sanción en mano de los agentes, «ya que nos dijeron que si no, el vehí­culo quedarí­a inmovilizado». A su juicio, «se trata de una conducta abusiva y arbitraria; ni siquiera llevábamos telíéfonos móviles en el coche como para que se hubiesen confundido».
Ha recurrido la sanción por considerarla «injustificada». «Estamos a la espera de una respuesta por parte de la administración», dice. «He viajado por todo el mundo y nunca me ha pasado nada similar, lo que pasa en España no pasa en ningún otro sitio. Me siento totalmente indefenso y lo peor es la prepotencia con la que nos trataron», explica.
El denunciante asegura haberle dicho a los agentes de la Guardia Civil «que fuíésemos al cuartel para arreglar los papeles y me dijeron que no, que no tení­an tiempo porque se iban a comer».
Este caso tiene similitudes con el ocurrido el pasado mes de mayo en Barcelona, cuando los Mossos d´Esquadra multaron a una mujer con 57 euros por ir tocándose el pelo mientras conducí­a

Fuente el Comercio