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Autor Tema: Solo el 'no' en el referíéndum de Escocia beneficiará a la economí­a  (Leído 100 veces)

Eguzki

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La independencia que Escocia se juega en referíéndum tiene todos los visos de que saldrá económicamente muy cara. Los últimos sondeos publicados mantení­an una ventaja marginal del 'no'.


Desde que en octubre de 2012 Salmond firmase con David Cameron el Acuerdo de Edimburgo que autorizaba el plebiscito, el debate se habí­a centrado en la economí­a y, llegado el dí­a D, son muchas las incógnitas por responder.

El problema monetario

Quizá la más grande de las incertidumbres tiene con la moneda. Una Escocia independiente tendrí­a que recabar más del doble de sus reservas financieras para asegurar la estabilidad y el único instrumento a su alcance serí­a un programa integral de austeridad.

Según datos del Parlamento británico basados informes del BoE, Edimburgo estarí­a obligado a severos ajustes, en partidas tan sensibles como la propia de las pensiones, para lograr la red de seguridad financiera necesaria para afrontar un escenario sin unión monetaria. El Partido Nacional Escocíés (SNP, por sus siglas en inglíés) ha insistido en que empleará la libra, pero la negativa incondicional de Londres lo dejarí­a en una situación similar a la dolarización de Panamá: sin voz ni voto en la polí­tica monetaria, ni el apoyo último de un banco central.

Fuga de empresas

Por si fuera poco, compañí­as de referencia de sectores fundamentales para el modelo productivo escocíés, comopueden ser la banca o la explotación energíética, así­ como del sector minorista, han anunciado su disposición a mudarse al sur de la frontera de confirmarse definitivamente la ruptura, lo que afectarí­a severamente a la capacidad recaudatoria de un Estado ávido de ingresos.

Efectos en Reino Unido

Pero si las incertidumbres de una ausencia de unión monetaria son un riesgo para Escocia, de aceptar compartir la libra, Londres podrí­a ver amenazadas las perspectivas de su propia economí­a, según el FMI. Sus posibilidades, con todo, tampoco mejoran al negarse, ya que Salmond ha avisado de que baraja no asumir la parte de la deuda total británica que le corresponde, lo que dificultarí­a recuperar la triple A en la clasificación de solvencia crediticia que el paí­s perdió ya antes de que se elucubrara sobre la escisión.

Golpe en los mercados

Cuando comenzó a hacerse, especialmente durante la campaña del referíéndum, se ha detectado una inusual retirada de capital, hasta 1.240 millones de libras en fondos de equidad, que los analistas atribuyen a la incertidumbre sobre el futuro de la unión. Sin embargo, íéstos advierten de que el ruido causado por el auge del sí­ en las últimas semanas no será nada comparado con la reacción de los mercados si mañana abren con la noticia de la separación. Es más, la esperada reacción en la City amenaza con el golpe más severo desde el colapso de 2008, por lo que el gobernador del BoE ha decidido regresar antes de la reunión de ministros de Finanzas del G-20 en Australia.

Las concesiones para el 'no'

Con todo, un triunfo del no tampoco generará un suspiro de alivio, ya que el panorama cambiará igualmente como consecuencia de las concesiones prometidas por los tres principales partidos británicos, como el mantenimiento de la actual fórmula de distribución de gasto público, que permitirí­a a Edimburgo seguir disfrutando de un mayor gasto per cápita que Inglaterra, incluso si poderes clave como la polí­tica tributaria, o la gestión del gasto, son transferidos.

Esta garantí­a supone en sí­ misma una victoria para Salmond, quien la habí­a propuesto en su dí­a como alternativa a la separación. En consecuencia, independientemente del resultado, Londres y Edimburgo iniciarán las negociaciones para proceder a un proceso de transferencias "sin precedentes".

Petróleo y pensiones

En principio, Londres no estarí­a dispuesta a negociar los recursos del Mar del Norte dentro de la devolución tributaria que plantea, pero de perder Escocia, Reino Unido querrí­a acordar un reparto del pastel basado en la proporción geográfica y no por población como demanda el Partido Nacional Escocíés (SNP). Su resolución afectarí­a a otra de las cuestiones en el aire, el futuro de las pensiones, ya que los nacionalistas apuestan por poner los suculentos ingresos petrolí­feros en un fondo a largo plazo a destinarlo a las pensiones, como hace Noruega.

Sin embargo, las divergencias sobre las reservas restantes, 1,5 billones de libras según el SNP y 120.000 millones de acuerdo con las previsiones menos optimistas, siembran la incertidumbre sobre el precio de fiar en los hidrocarburos el futuro