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Autor Tema: Ciudades rurales...  (Leído 144 veces)

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Ciudades rurales...
« en: Septiembre 20, 2014, 09:07:29 pm »
Por...  Gustavo Duch Guillot


Dicen los feminismos que nuestra sociedad capitalista piensa solo en el BBVA. Es una definición muy acertada pues la adoración por el capital (y los bancos donde se almacena) coincide con aquellos sujetos que en esta teologí­a son los ‘elegidos': seres Blancos, Burgueses, Varones y Adultos. Amaia Píérez Orozco, economista y militante feminista, añade una hache para resaltar que tambiíén privilegia el comportamiento Heterosexual y yo propondrí­a añadir una letra U, (y el acrónimo ya pierde toda su gracia…) pues en muchos momentos pareciera que quienes no viven en urbes, las y los rurales, no cuentan mucho. BBVA-HU

 
En la medida que nos acerquemos a las elecciones municipales esta falta de atención por lo rural volverá a ser muy evidente, aún cuando en España tres cuartas partes de los 8.115 municipios existentes presentan una población inferior a los 2.000 habitantes, y más o menos la mitad son municipios menores de 500 habitantes. Se discutirá sobre nuevos polí­gonos y sus consecuentes rotondas, se presentarán programas de emprendimiento económico, pero intuyo que los asuntos que tienen que ver con la agricultura y la alimentación, no tendrán apenas relevancia. -Claro -me dirán ustedes -son temas que no tienen aplicación en polí­ticas municipales, las cosas del campo se tratan en otras administraciones, en Bruselas, seguramente -concluirán.
 
Pero no, hay varios e importantes temas que creo deberí­an de ser parte de los programas y debates electorales. Para visualizarlos y acercarnos a ellos tomo con ejemplo el caso de Barcelona, un municipio a priori evidentemente urbano, pero desde cuya alcaldí­a se podrí­an acometer, al menos, seis medidas muy significativas.


Veamos:
 
1. Entre las competencias del Ayuntamiento de Barcelona (ocurre igual con otras ciudades) está el control de un elemento central de la cadena agroalimentaria: el ayuntamiento es ‘el amo’ del 51% de Mercabarna, el mercado central de abastos. Así­ pues, urge analizar cómo los mercabarnas actualmente son un nodo del tráfico de las mercancí­as que vuelan por las autopistas de la globalización alimentaria. Y preguntarnos si reorganizándolos podrí­an servir en la reactivación y primací­a de tejidos agrarios cercanos y a pequeña escala de los territorios que cubren. Situaciones como lo que viene ocurriendo los últimos veranos no son aceptables. Cuando muy cerca de sus instalaciones se están produciendo buenos tomates de temporada, entran en Mercabarna grandes camiones con tomates de los invernaderos de Holanda que, por ser producidos a gran escala (y otros factores) marcan unos precios tan bajos que las fincas locales acaban tirando sus cosechas.
 
2. Con la misma voluntad de potenciar nuestra agricultura local y campesina, pero tambiíén para asegurar precios justos a la población, tendrí­amos que pensar en reconvertir los mercados municipales en verdaderos ‘puntos de comercio local’. Si hoy en Barcelona ocurre que al entrar en muchos de ellos nos sorprende (y asusta) la presencia de una multinacional de las grandes superficies, en un futuro próximo podrí­amos volver a disfrutar de espacios fí­sicos donde los puestos del mercado fueran el único intermediario entre el campo y la ciudad. Tambiíén junto a los mercados, y sabiendo que es una buena medida dinamizadora para el comercio local según hemos visto en otros paí­ses, en cada barrio podrí­amos tener semanalmente un mercado campesino de venta directa.
 
3. La administración municipal tendrí­a que pensar seriamente cómo ser un apoyo central para que en las escuelas, guarderí­as o servicios geriátricos públicos se organizaran, con el protagonismo de las personas usuarias, comedores proveí­dos por productos locales ecológicos y de temporada. La salud en el plato serí­a directamente proporcional a la salud del territorio.
 
4. Una comisión ciudadana, en este improvisado programa electoral, podrí­a viajar a conocer las experiencias que se están multiplicando en muchas ciudades de Europa. Ver, aprender y adaptar el ejemplo de ‘las ciudades comestibles’ o ‘las ciudades en transición’ para verdear Barcelona y nuestros municipios con el verde de las verduras. Quíé significativo serí­a apoyar a todas las pequeñas iniciativas autogestionadas de huertos urbanos (facilitando el acceso al agua, por ejemplo) hasta no dejar ningún solar vací­o a la espera de una cosecha especulativa.
 
5. En casos costeros, como Barcelona, nos queda tambiíén no olvidarnos de la pesca artesanal que, aunque residual en un mar muy castigado, deberí­a ir recuperando protagonismo. No solamente de cruceros se alimenta una población.
 
6. Y finalmente, y como un eje central de todas estas medidas a fomentar, habrí­a que revisar, pliegue por pliegue, las concesiones a las instalaciones de grandes superficies en la ciudad pues bien sabemos que, además de arruinar el pequeño comercio de barrio, en su interior almacenan casi de todo menos productos locales, ecológicos y de temporada.
Se trata de ganar ciudades rurales para un mundo que ya está naciendo.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...