Mapfre ha puesto ya la primera piedra de su proyectado plan de expansión por Europa. La compañía aseguradora había avanzado el objetivo de duplicar su presencia en el continente y este jueves anunció la adquisición de las filiales de Direct Line en Alemania e Italia por un importe de 550 millones de euros. La operación supone reforzar posiciones en el seguro directo, en especial el de auto, y aunque tiene un claro interíés estratíégico, no ha dejado de suscitar algunas críticas por el precio pagado, que supone valorar la compañía a 1,9 veces valor en libros de 2013 y a un PER de 23 veces, frente a las 14 veces en las que el beneficio por acción está contenido en el precio de Mapfre.
La aseguradora tendrá ahora que confirmar la bondad de su apuesta, despuíés de una primera reacción en la que el valor cayó en el 2,77%. Las recomendaciones para Mapfre son ahora mayoritariamente de compra, del 45% según el consenso de Bloomberg, con otro 25% de consejos de mantener y otros 30% de venta, sin que se hayan registrado inmediatos cambios de recomendación por parte de los analistas. La compañía cotiza además por debajo del precio objetivo de consenso, de 3,15 euros, lo que deja un potencial alcista del 11,5% respecto al cierre del viernes. “Estratíégicamente, la operación es positiva para Mapfre. Los multiplicadores que se pagan por el nuevo negocio son exigentes. No obstante, el tamaño de la operación es limitadoâ€, señala Beka Finance, que reitera su consejo de acumular. “Si bien es cierto que los múltiplos de la transacción han sido elevados, valoramos positivamente la operaciónâ€, añaden desde Renta 4, donde mantienen la recomendación de sobreponderar.
Mapfre ya ha avanzado que la adquisición tendrá un impacto positivo desde el momento de la integración y permitirá reducir el ratio combinado –gastos sobre primas, que mide por tanto el nivel de eficiencia–, en el 95,7% al cierre del primer semestre. La compañía no ampliará capital para abordar la adquisición, que pagará en efectivo, ni modificará su política de dividendos, que continuará con los pagos en metálico. La aseguradora no ha concretado sin embargo el efecto concreto en el beneficio por acción ni los objetivos de sinergias de la operación, que tendrían que ser únicamente de ingresos puesto que no hay un negocio previo en los mercados alemán o italiano del que obtener ahorro de costes.
Más allá de las cifras avanzadas, y del desigual grado de detalle de la operación comunicado al mercado, los expertos coinciden en que la compra no va a modificar el perfil de Mapfre en el mercado, que debe afrontar los desafíos que ya se presentaban previamente y que provocaron el descenso desde los máximos de enero, cuando el valor recuperó niveles de 2008 al filo de los 3,5 euros. A su favor cuenta con haberse ya sacudido la presión que suponía la intención de Bankia, su principal accionista, de vender su participación. La entidad anunció el lunes la venta del 3% que aún poseía, con lo que se elimina un factor de riesgo.
“Mapfre es atractiva por su rentabilidad por dividendo, superior al 4%, pero le faltan catalizadores para impulsar una subidaâ€, sostiene David Navarro, gestor de renta variable de Inversis Banco, que muestra su preferencia por otros valores, como Caixabank, Liberbank o Telecinco, a la hora de buscar oportunidades con las que sacar partido en Bolsa a la futura recuperación de la economía española. Gonzalo Lardiíés, gestor de Bolsa española de Banco Madrid, tambiíén mantiene una posición escíéptica respecto al valor.
“Su crecimiento en primas es limitado y hay mucha competencia para competir vía preciosâ€. Explica además que la aseguradora afronta en su apuesta por el seguro directo un desafío similar al de las grandes aerolíneas frente a las compañías de bajo coste. “El mercado de seguros está cambiando muy rápidamente y hay que adaptarse. Mapfre está haciendo un giro estratíégico hacia el seguro directo y habrá que ver si resulta suficienteâ€, afirma Lardiíés, en alusión al lanzamiento de Verti, la compañía de venta directa de seguros de auto y hogar, anunciado hace ya casi cuatro años.
La aseguradora deberá encajar además el debilitamiento de la economía brasileña, donde obtuvo en el primer semestre el 15% de sus beneficios y el 23% de las primas, y las dudas que plantea la consolidación de la recuperación en España. Los resultados del tercer trimestre serán ocasión para confirmar posiciones.