Apenas tres meses ha durado el último plan de negocio de Ebioss. La compañía ha vuelto a revisar su hoja de ruta y ha rebajado de 20,1 a 18,6 millones, un 7,5% menos, la partida que denomina como ingresos. Una primera línea de la cuenta de resultados cuya manera de expresarse en la información aportada por la empresa difiere, y mucho, de las cifras dadas en sus propios estados financieros consolidados
En la información que aporta al mercado en castellano, la empresa presidida por í“scar Leiva se apunta como ingresos del primer semestre 6,7 millones de euros, cifra que en las propias cuentas consolidades, publicadas en inglíés, Ebioss adelgaza hasta dejar en tan sólo 137.000 euros. La disparada diferencia entre un número y otro responde a dos puntos clave. Por una parte, en la primera información en castellano recoge como ingresos 2,73 millones de euros de un extraordinario procedente de un ajuste contable; por otra, incluye bajo el mismo paraguas 3,69 millones que, en realidad, son operaciones intragrupo.
No obstante, todo ello permite a la compañía adjudicarse un beneficio de 2,33 millones de euros o 0,06 euros por acción. De hecho, esta línea de la cuenta de resultados tambiíén varía al alza en el plan de negocio, al incrementarse un espectacular 53%, hasta alcanzar los 2,6 millones de ganancia previstas para el cierre de este año.
El recurso contable que ha utilizado la compañía, y que en la información en castellano afirma tener avalado por KPMG, ha consistido en revalorizar una compra que cerró hace sólo unos meses. El pasado 3 de abril, Ebioss se hizo con la italiana Sorgenia Bioenergy por 650.000 euros, importe muy superior a los 120.000 euros que sumaban sus 120.000 acciones de un euro de valor cada una y detrás de las cuales lo que hay es una planta en Italia con capacidad para producir un megavatio.
Con menos de tres meses de diferencia -lo que va de abril al cierre de resultados semestrales en junio-, esta empresa ha vuelto a ser tasada y el experto independiente contratado para ello ha dictado que el valor de razonable de los activos de la compañía transalpina, rebautizada como Syngas Italy, asciende a 3,4 millones de euros, lo que se ha traducido en un extraordinario de 2,73 millones de euros. Todo ello aderezado con el hecho de que la propia Ebioss reconozca en sus estados financieros que, a futuro, no descarta la posible demolición y desmantelamiento de la planta de biogas que tiene la italiana en la región de Gallina.
Por lo que respecta a las operaciones intragrupo, que la propia empresa reconoce en sus estados financieros que deben ser desconsolidadas, íéstas consisten, fundamentalmente, en los trabajos que está realizando la filial de ingeniería Eqtec en la construcción de las plantas de Karlovo y Heat Biomass, cuyo objetivo es producir cinco megavatios de energía cada una en algún momento del próximo año.
En concreto, la primera fase de Karlovo, que se limita a dos megavatios, se espera que entre en funcionamiento a principios de 2015, mientras que los otros tres megavatios no llegarán hasta finales del próximo ejercicio. Hasta entonces pospone Ebioss tambiíén la puesta en marcha de Heat, proyecto cuyo desarrollo ha quedado desplazado, al haberse decidido destinar recursos que inicialmente iban para íél a Karlovo, así como a las compras de Syngas y de la portuguesa TNL.
La adquisición de la empresa lusa, como destapó El Confidencial, se infló al ser comunicada al mercado. Entre otros puntos, se ocultó que es una empresa en píérdidas, se afirmó que estaba presente en países donde no operaba y se maquillaron las cifras reales del número de equipos vendidos por la ahora filial. Tras la información de este medio, Ebioss tuvo que aclarar las cifras y dijo que les estimaciones de píérdidas de TNL para este año ascienden a 619.729 euros.
Como la operación se cerró en agosto, no afecta a los estados del primer semestre y, de cara a final de año, la compañía dirigida por Leiva ya ha adelantado que sólo consolidará los cinco meses correspondientes.
Dos ampliaciones, dos 'split' y tres planes de negocio
Con poco más de un año de vida en el parquíé (salió a cotizar al MAB en julio de 2013), la empresa acumula dos splits -desdoblamiento de acciones-, dos ampliaciones de capital y tres planes de negocio diferentes. Hace apenas tres meses, en junio de 2014, Ebioss actualizó los números que dio cuando saltó al parquíé y los cercenó drásticamente. En grandes líneas: redujo de 39,3 a 23,2 millones sus estimaciones de ingresos para este año; pasó de confiar en tener un ebitda de 7,8 millones a otro de apenas 2,8 millones; y recortó de 4,1 a 1,8 millones las previsiones de beneficio.
Coincidencia o consecuencia, la realidad es que ese ejercicio vino justo despuíés de que el auditor pusiera una salvedad en sus cuentas de 2013, por apuntarse de manera incorrecta casi 600.000 euros, y advirtiera de que las valoraciones de la empresa se basan sobre descuentos de flujos de caja futuro que dependen de que las plantas de biomasa entren en funcionamiento y produzcan electricidad en el plazo previsto. "Estas estimaciones pueden cambiar en caso de que haya cambios en las estimaciones del plan de ejecución de las plantas", advertía la firma Baker Tilly Klitou and Partners en la auditoría del pasado ejercicio.
La primera prueba de fuego de este párrafo de íénfasis llegará en pocos meses, ya que para finales de este año debería estar lista Karlovo y empezar a producir y vender energía a principios de 2015. A fin de cuentas, la verdadera fuente de ingresos que debería tener Ebioss.