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Autor Tema: Estamos atrapados en un ciclo de booms crediticios...  (Leído 104 veces)

OCIN

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Estamos atrapados en un ciclo de booms crediticios...
« en: Octubre 08, 2014, 12:59:02 pm »
Por...  Martin Wolf




Las enormes expansiones del críédito, seguidas por las crisis y los intentos de gestionar las secuelas se han convertido en una caracterí­stica de la economí­a mundial.

 Las enormes expansiones del críédito, seguidas por las crisis y los intentos de gestionar las secuelas se han convertido en una caracterí­stica de la economí­a mundial. Hoy en dí­a, EU y el Reino Unido bien pueden estar saliendo de las crisis que los afectó hace siete años. Pero la eurozona está sumida en el estancamiento post-crisis y China está luchando con la deuda que acumuló en su intento por compensar la píérdida de ingresos de exportación despuíés de que la crisis golpeara en 2008.

Sin un auge insostenible del críédito en alguna parte, la economí­a mundial parece incapaz de generar un crecimiento de la demanda suficiente para absorber la oferta potencial. Se parece a una ley de la conservación de los auges de críédito. Consideremos el cuarto de siglo pasado: un auge del críédito en Japón que se derrumbó despuíés de 1990; un auge del críédito en las economí­as emergentes de Asia que se derrumbó en 1997; un auge del críédito en las economí­as del Atlántico norte que se derrumbó despuíés de 2007; y, finalmente, en China. Cada auge es recibido como si fuera una nueva era de prosperidad, para despuíés colapsar en una indeseable situación de crisis y post-crisis.

Los autores de un nuevo informe fascinante: “Desapalancamiento: ¿Quíé desapalancamiento?”, no comparten mi hipótesis distópica. Con o sin razón, consideran que estos ciclos crediticios son eventos esencialmente independientes. Sin embargo, el informe tiene un valor incalculable. Pone de manifiesto claramente el carácter limitado de los desapalancamientos posteriores a la crisis, la situación de la eurozona y los grandes desafí­os a los que ahora se enfrenta China.

Si nos fijamos en el mundo como un todo, no ha habido un proceso de desapalancamiento agregado desde 2008. Lo mismo aplica a las economí­as de altos ingresos, vistas como un bloque único. Los sectores financieros se han desapalancado en EU y el Reino Unido; sin embargo así­ tambiíén lo han hecho los hogares en EU y, en menor medida, el Reino Unido. Los pasivos de los hogares incluso han convergido entre EU y la eurozona en conjunto.

Mientras tanto, la deuda pública ha aumentado considerablemente. El hecho que las crisis financieras conducen a saltos en los díéficits fiscales fue uno de los hallazgos más importantes de “Esta vez es diferente” por Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart de la Universidad de Harvard.

Desde la crisis, la proporción entre la deuda pública y el Producto Interior Bruto ha aumentado en 46 puntos porcentuales en el Reino Unido y 40 puntos en EU, contra 26 puntos en la eurozona. Incluso en EU, donde el desapalancamiento privado ha sido veloz, el desapalancamiento global ha sido pequeño. Esto no tiene por quíé ser un desastre: si las hojas de balance del gobierno son más robustas que las de gran parte del sector privado, deberí­an absorber la tensión.

Desde el año 2007 la proporción de la deuda total, excluyendo el sector financiero, ha aumentado en 72 puntos porcentuales en China, hasta 220 por ciento del PIB. Uno puede debatir si este nivel es sostenible. No se puede debatir si tal velocidad de ascenso es sostenible, porque no puede serlo. El aumento de la deuda surtirá posiblemente más efectos negativos sobre la tasa de crecimiento de China de lo que el consenso de hoy anticipa.

Los ciclos de críédito son importantes porque suelen resultar perjudiciales. El informe divide a los posibles resultados en tres categorí­as: “Tipo 1”, como Suecia a principios de 1990, el nivel de la producción disminuye, para nunca recuperar su tendencia anterior a la crisis, pero recupera la tasa de crecimiento; en el más perjudicial “Tipo 2”, como en Japón desde la díécada de 1990, no hay caí­da absoluta en la producción, pero el potencial de crecimiento está muy por debajo de la tasa anterior a la crisis; por último, en el “Tipo 3”, como en la eurozona ahora y, probablemente, en EU y el Reino Unido, hay tanto una caí­da de la producción como una caí­da permanente en el crecimiento potencial.

Existen varias razones posibles para este tipo de píérdidas permanentes de producción y de crecimiento. Una de ellas es que la tendencia anterior a la crisis era insostenible. Otra es el daño a la confianza y por lo tanto a la inversión y la innovación al suceder una crisis financiera. Pero entre las más importantes es la carga de la deuda. Como muestra el informe, el desapalancamiento es duro. Las quiebras en masa, como en la díécada de 1930, son devastadoras. Pero trabajar para salir de la deuda probablemente genere un cí­rculo vicioso desde el alto nivel de deuda al bajo crecimiento y de nuevo a la deuda aún mayor.

Hoy en dí­a las tasas de interíés a largo plazo son bajas en las economí­as de altos ingresos. En la eurozona esto se debe en gran parte a la promesa de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, en julio de 2012 de hacer “lo que sea necesario”. Desafortunadamente, el crecimiento del PIB nominal de la eurozona tambiíén es deprimente: la inflación es ultra baja y el PIB real crece díébilmente, bajo los golpes de la reducción fiscal y de una demanda privada estructuralmente inadecuada.

Sin embargo, la lección más importante de estas crisis es no permitir que la deuda se adelante a la capacidad a largo plazo de una economí­a para sostenerla, en primer lugar. La esperanza es que la polí­tica macroprudencial logrará este resultado. Bueno, siempre se puede tener esperanza.

Estos auges crediticios no salieron de la nada. Son el resultado de las polí­ticas adoptadas para sostener la demanda cuando colapsaron burbujas anteriores, por lo general en otros lugares de la economí­a mundial. Eso es lo que ha sucedido en China. Tenemos que escapar de este ciclo sombrí­o y aparentemente implacable. Pero por ahora, hemos hecho un pacto con el diablo con los auges de críédito impulsados por el sector privado. Seguramente habrán muchos más problemas por venir.



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