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Autor Tema: Los grandes fondos meten presión a las empresas españolas  (Leído 137 veces)

Eguzki

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Los grandes fondos meten presión a las empresas españolas
« en: Octubre 14, 2014, 07:42:16 am »
Allianz, BlackRock, BT Pension Fund, Calstrs, Fidelity, JP Morgan Asset Management y Vanguard votan contra los consejos en las juntas de accionistas.
Los blindajes de Repsol, el nombramiento de consejeros en Santander, el informe de remuneración de Jazztel y la autorización para ampliar capital en Banco Sabadell fueron algunos de los puntos del orden del dí­a en las juntas de 2014 que más oposición generaron entre unos cincuenta grandes inversores internacionales que quieren forzar una mejora en las prácticas de gobierno corporativo en las empresas españolas.

Una investigación de EXPANSIí“N revela el nombre de esos fondos extranjeros y las propuestas que rechazaron en cada reunión de accionistas. Entre las voces discordantes figuran los grandes fondos americanos BlackRock y Fidelity; planes de pensiones de California, Canadá, Irlanda y Reino Unido; aseguradoras como Allianz, AXA y Aviva; las divisiones de gestión de activos de bancos como Goldman Sachs y JPMorgan; firmas británicas como F&C y Threadneedle Investments; y fondos estatales como el de Noruega.

La movilización de estos accionistas extranjeros ha ido creciendo durante los últimos años. "Los fondos han tomado conciencia de que deben intervenir más en la gestión de sus participadas para evitar malas decisiones como las que llevaron a la crisis", explica el director de gobierno corporativo de una firma de inversión.

Entre 2008 y 2014, el porcentaje medio de votos negativos y abstenciones a las propuestas de los consejos en las juntas españolas ha subido del 1,5% al 5,2%. Se trata de un nivel superior a la media europea del 3,9%, según datos de ISS Governance, una firma de proxy que asesora a los inversores sobre cómo votar en las juntas.

Aunque parezca un porcentaje bajo, hay que tener en cuenta que muchos de los puntos del orden del dí­a se siguen aprobando casi por unanimidad. Pero hay otras cuestiones que generan una oposición de entre el 20% y el 40% de los votos.
En las juntas españolas de este año, la iniciativa más contestada fue la implantación de un blindaje en Repsol, por el que hará falta una mayorí­a amplia para aprobar la segregación de negocios del grupo petrolero. Además de la empresa mexicana Pemex, que se opuso y luego vendió su participación en Repsol, una larga lista de fondos rechazó ese cambio estatutario. Entre ellos figuran Allianz Global Investors, BlackRock, BT Pension Fund, Calstrs, Dimensional Funds, Fidelity, Goldman Sachs Asset Management, Henderson, M&G Investments y State Street. "Siempre votamos contra la instauración de mayorí­as reforzadas porque rompen el principio de que cada acción debe ser un voto", dicen fuentes de una de esas firmas para explicar su oposición. El fondo soberano de Noruega, JP Morgan Asset Management y LSV Funds, por el contrario, apoyaron el nuevo blindaje de Repsol.

El nombramiento y reelección de consejeros en bancos y corporaciones españoles es otro de los asuntos más políémicos para los inversores extranjeros. En Amadeus, ACS, Santander, Popular, Bankinter, Grifols, Inditex, Mapfre, Mediaset, NH Hoteles y Zardoya Otis hubo un amplio número de fondos que rechazó la designación de administradores, llegando a reunir el 20% del voto. Las reelecciones de Ana Patricia Botí­n, Rodrigo Echenique y Vittorio Corbo como consejeros en Santander provocaron el rechazo de BNY Mellon, Canadian Pension Plan, Calvert Investments, Ecclesiastical Fund, Invesco y Janus Capital, entre otros. Antonio Huertas, presidente de Mapfre, tuvo el voto en contra a su renovación de Aviva Investors, AXA, BlackRock, BT Pension Fund, Henderson y William Blair Funds. El fondo soberano de Noruega, F&C, la gestora holandesa PGGM y William Blair Funds no apoyaron la reelección de Carlos Espinosa de los Monteros como vocal de Inditex.

Esa oposición se explica porque muchos fondos quieren un elevado número de consejeros independientes en sus participadas, y además tienen una definición muy estricta para este tipo de vocales, que no deben estar vinculados ni a los ejecutivos ni a los accionistas o familias de control. Además, en cuanto los consejeros llevan más de 8 o 10 años en una empresa, dejan de ser independientes, a juicio de muchos fondos. BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, ha llegado a escribir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para pedir que el nuevo código de gobierno corporativo en España recomiende que más de la mitad de los consejos deba estar formado por independientes.

Otra crí­tica de los inversores a los consejos españoles es el excesivo poder que acumulan muchos presidentes, al combinar ese puesto con el de primer ejecutivo. Varios fondos como Calvert, Janus Capital y Threadneedle Investments votaron por ese motivo contra la reelección de íngel Ron en la junta de Banco Popular.

Las autorizaciones geníéricas para ampliar capital o para emitir bonos convertibles, por su efecto dilutivo en los accionistas, es otro foco de votos negativos de los inversores extranjeros. El fondo californiano Calstrs, Ontario Teachers, Henderson y la gestora de fondos de UBS se opusieron en la junta de Acciona al punto del orden del dí­a por el que el consejo recibió permiso para emitir nuevas acciones sin derecho de suscripción preferente. Rebeliones similares se produjeron en las juntas de Abengoa, ACS, Banco Sabadell, Bankinter, NH Hoteles y Sacyr, llegando a reunir en algunos casos al 27% de la junta.

En los paí­ses anglosajones, como Reino Unido, el examen del informe sobre la remuneración a los ejecutivos suele ser el punto más políémico de las juntas. Varias empresas británicas han llegado a perder esa votación, de carácter consultivo. En España, por el momento, el bloque opositor en esta cuestión no llega a ser mayoritario en ninguna compañí­a, pero empieza a generar controversia. El rechazo a los informes de remuneración en Mediaset y Jazztel, por ejemplo, superó el 20%. Aunque en Red Elíéctrica se produjo más oposición, se debe al voto en contra de la sociedad estatal Sepi, que apenas fue acompañada por los fondos. La abstención de ACS tambiíén desinfla el nivel de apoyo a ese punto del orden del dí­a en la junta de Iberdrola.

En el caso de Telefónica, que en la junta de 2013 sufrió una oposición superior al 40% a los sueldos del consejo (por la indemnización concedida a Julio Linares), el porcentaje de rechazo bajó este año al 12%.

Entre los fondos que mantuvieron su disconformidad con las retribuciones de Telefónica está Fidelity, que votó contra la mayorí­a de los informes de remuneración de las empresas españolas. "Si las acciones que reciben los ejecutivos de las empresas como parte de su salario pueden ser vendidas antes de cinco años, votamos en contra", explican fuentes de Fidelity. "Queremos que los ejecutivos mantengan las acciones durante esos años para alinear sus intereses con el de los inversores a largo plazo". Otras gestoras que se pronuncian habitualmente contra los salarios de las empresas españolas son el fondo de Noruega, Aviva Investors, Calstrs, Ontario Teachers y PGGM.

Fuentes de las empresas protestan porque, a su juicio, los fondos se dejan guiar en muchos casos por las agencias de proxy (como la citada ISS y Glass Lewis), por lo que votan de manera rí­gida, siguiendo esquemas teóricos de gobierno corporativo y sin analizar la situación particular de los consejos. Pero las votaciones de 2014 revelan una gran disparidad entre las posiciones de los fondos, muchos de los cuales ya tienen equipos especializados en el análisis de gobierno corporativo de sus participadas