Pocas veces había cogido tanto significado el tan manido refrán de que, cuando un cliente le debe 100 euros al banco, el citado particular tiene un serio problema, pero si adeuda 100 millones el trago es para la entidad financiera. El dicho es perfectamente aplicable a BBVA y Bankia y a sus posiciones acreedoras con la familia Koplowitz, cuyo extracto bancario presente un descubierto de, efectivamente, 100 millones.
Según aseguran fuentes próximas a las negociaciones entre la empresaria y los dos bancos, el acuerdo alcanzado en la madrugada del sábado para alargar durante cinco años el pago de unos críéditos por un importe cercano a los 1.000 millones tiene como objetivo principal que las Koplowitz se pongan inmediatamente al día de sus pagos. La todavía dueña de la mayoría del capital de FCC tenía vencida una de las dos letras a las que tiene hacer frente anualmente con BBVA y Bankia, la que debía pagar el pasado 1 de agosto.
Al carecer de liquidez, las dos entidades le dieron un mes y medio más, hasta el 15 de septiembre, para llegar a un acuerdo y extender la amortización de sus deudas hasta 2018. Pero llegó ese día y, lejos de cerrar lo pactado, las posturas se alejaron tanto que las partes rompieron de forma puntual incluso las negociaciones. Tras dos intentos fallidos en sendos consejos de administración del 15 y el 17 de octubre, BBVA y Bankia le extendieron el pasado sábado una alfombra roja para que la familia Koplowitz les pague como pueda durante los cinco próximos años.
Lo único que le exigieron los dos bancos es que se pusiera “a ceroâ€, es decir, que cubriera el descubierto de la cuenta corriente, que en noviembre ascenderá a unos 100 millones. Porque, salvo milagro financiero, la empresaria y sus hijas no podrán hacer frente a la próxima letra, que tambiíén entrará en la calificación de “vencidaâ€. Las Koplowitz sólo dispondrán de liquidez cuando FCC ponga en marcha la ampliación de capital de 1.000 millones, a la que no podrán acudir. Al contrario, tendrán que vender sus derechos de suscripción correspondientes al 50,01% del capital que aún ostentan para, con estos ingresos, pagar a BBVA y Bankia.
Experiencia en rojo
La emisión de las acciones está prevista para el próximo mes de diciembre, pero es muy probable que se retrase hasta el primer trimestre del próximo año si la situación de los mercados no aconseja acometer la operación en un periodo en el que los fondos institucionales tienen cerradas sus carteras. Si finalmente se demorase a 2015, la posición deudora pondría en un aprieto a los dos bancos, que tendrían que provisionar el impago.
La situación no es nueva ni para el deudor ni para los acreedores. De hecho, la cuenta corriente de las Koplowitz ya estuvo en rojo en 2013 cuando tampoco pudo hacer frente a las dos letras en agosto y noviembre. Las dos entidades financieras le eximieron de abonar la primera factura al aceptar la justificación de la empresaria, quien se escudó en que no había podido vender acciones de FCC debido al bajo precio al que cotizaban en bolsa. Cuando le venció la primera letra, se cambiaban a poco más de 7 euros.
Sólo pudo cumplir su obligación a finales de año, justo antes de Nochebuena, cuando la familia vendió un 3,8% del capital de FCC a travíés de B-1998, una de sus sociedades patrimoniales. Ingresó 72,56 millones por este paquete que adquirió George Soros, que pagó 15 euros por cada acción.
La empresaria ha tenido tal trato favorable de BBVA y Bankia que hasta 2018 no tendrá que hacer frente al principal de su deuda total –1.000 millones– ni tampoco los intereses de los príéstamos hasta que la constructora vuelva a pagar dividendo a todos los accionistas, como adelantó El Confidencial en febrero.
