Los cargos asociados a la reestructuración suman 1.100 millones de dólares y reducen en beneficio que, pese a este efecto, logra superar las previsiones del mercado.
Los resultados de Microsoft sienten el profundo peso del plan de reestructuración lanzado por la compañía para simplificar el negocio y hacer más ágil la competencia frente a titanes como Apple o Google. A la espera de que esos esfuerzos surtan su efecto, la tecnológica anunció anoche que su beneficio se ha reducido un 13% en el primer trimestre fiscal, hasta quedar en 4.540 millones de dólares (3.588 millones de euros) o 54 centavos por acción.
Este descenso se explica por la factura de los costes asociados a la reestructuración, que sumaron a 1.100 millones, sobre todo por el efecto del mayor ajuste de empleo de la historia de la compañía. La tecnológica anunció en verano el despido de 18.000 personas (el 14% de la plantilla) en doce meses para eliminar duplicidades tras la compra de la división móvil de Nokia en abril y reestructurar su negocio con el objetivo de transformarse en una compañía enfocada en software para móviles y almacenamiento en la nube.
Esta factura, sin embargo, estaba descontada por el mercado, por lo que Microsoft batió las previsiones pese a reducir el beneficio. Lo mismo pasó con las ventas, que subieron a 23.200 millones, un 25,2% más, ayudadas por la compra a Nokia del negocio móvil. Al tiempo, la facturación relacionada con la nube escaló un 128% y los ingresos por licencias de Windows un 10%.
Como resultado, Microsoft escalaba un 4,5% en las operaciones posteriores al cierre de Wall Street