Nuevos pretendientes rondan a la inmobiliaria Realia. Despuíés de ignorar la invitación estival de su competidora Colonial, la compañía participada por FCC y Bankia ha optado por empezar a verse con otros inversores. Según varias fuentes informadas del proceso, el interesado ahora es el fondo oportunista Cerberus, que en su apuesta por comprar activos en España todavía no ha tomado una posición relevante en el depreciado sector del ladrillo.
El fondo de inversión ha tomado el testigo que hace tres meses portaba la Colonial con su propuesta de oferta. Aquellas expectativas, reconocidas por el propio Juan Miguel Villar Mir, convertido ya entonces en nuevo accionista de referencia de Colonial, dispararon la cotización de Realia hasta los 1,5 euros por acción, su techo bursátil en los últimos tres años. Desde entonces, sin embargo, desinflada esa opción, el valor de sus títulos ha caído un tercio.
El renovado interíés de Cerberus puede jugar con más opciones de íéxito que Colonial, pues su propuesta fue ignorada al imponer una serie de condiciones inasumibles para Realia. La principal y motivo nuclear del rechazo fue que se exigía mantener la división de Patrimonio, que concentra los edificios de oficinas que interesan al empresario Villar Mir, pero desconsolidar del balance la división de Promoción, que en esencia concentra activos de suelo.
Para la castigada Realia esa propuesta suponía asumir píérdidas por una valoración más ajustada de los solares de su cartera, desprenderse de ellos de manera total o continuar como socio minoritario. Aun así, ninguno de los propietarios de referencia como FCC y Bankia, ambos obligados o interesados en hacer caja, aceptaron la oferta, que irrumpió en medio del proceso que hasta entonces solo contemplaban fondos como AEW, Fortress o King Street.
Este silencio de Realia se debería, en buena parte, no tanto al desinteríés en la operación como a la urgencia de los problemas que han sacudido a FCC y a la refinanciación de la patrimonial de Esther Koplowitz, delante de los cuales los agobios financieros de la inmobiliaria podían esperar hasta dentro de un año. No en vano, una vez que Realia vendió su 60% en la SIIC de París, el pasivo de la compañía se ha reducido a 1.000 millones, por 300 de capitalización.
Superado este paríéntesis, que ha concluido con ampliación de capital en FCC, en el que la dirección de Realia ni ha respondido a la oferta de Colonial, los accionistas han vuelto a poner a su filial inmobiliaria en el mercado. Y esta vez, dado el apetito existente en algunos fondos por tomar una exposición relevante al ladrillo, la alternativa de Cerberus irrumpe con fuerza en la recta final de año. Los buitres hacen tanto al ladrillo como a otros menesteres (Transmediterranea).