Como se esperaba, el Comitíé de Mercado Abierto de la Reserva Federal estadounidense (Fed, por sus siglas en inglíés) ha acordado dejar de comprar deuda soberana estadounidense y títulos hipotecarios. Con esta decisión, el banco central estadounidense pone punto final al programa de estímulos que comenzó en septiembre de 2012.
Hasta ahora, el organismo presidido por Janet Yellen inyectaba mensualmente al sistema 15.000 millones de dólares, aunque el importe de sus compras alcanzó los 85.000 millones en el momento álgido del conocido como Q3 (Quantitative Easing, expansión cuantitativa o programa de compra de activos en inglíés). La Fed lleva desde diciembre del año pasando recortando de forma gradual este programa de estímulos.
En el comunicado de la Reserva Federal, la institución remarca que será necesario mantener durante un periodo prolongado de tiempo una política monetaria laxa. Es decir, los tipos de interíés seguirán en su mínimo histórico de entre el 0% y el 0,25% durante un tiempo. La decisión sobre la primera subida de tipos desde diciembre de 2008 dependerá de los datos macroeconómicos.
En este sentido, la Fed indica en el comunicado que el mercado laboral está mejorando de forma progresiva y que la infrautilización de los recursos laborales siguen desciendiendo, mientras que la economía avanza a un ritmo moderado. Tambiíén señala que la inflación sigue por debajo de las previsiones de la Fed.
La reacción a este final del programa de estímulos se siente sobre todo en el mercado de divisas, donde el euro cotizaba en los 1,27 dólares y cae hasta los 1,26. Dicho de otro modo, la divisa estadounidense se aprecia porque su banco central deja de "darle a la máquina de imprimir billetes". En Wall Street, sin embargo, apenas se aprecian cambios. Los principales índices de la Bolsa estadounidense descendían en torno a medio punto porcentual antes de la publicación del comunicado de la Fed y así continúan pocos minutos despuíés.
El comunicado apenas incluye novedades respecto a anteriores reuniones de la Fed. Como se preveía, el comitíé indica que "probablemente será necesario mantener los tipos de interíés en un rango entre el 0% y el 0,25% por un periodo prolongado de tiempo despuíés del final de programa de compra de activos, especialmente si las perspectivas de inflación siguen por debajo del objetivo del 2%". El organismo central señala en el comunicado que a la hora de tomar nuevas decisiones sobre la política monetaria tendrá en cuenta un amplio número de cifras económicas como las condiciones del mercado laboral, las expectativas de presiones inflacionistas o deflacionistas.
La Fed concluye su comunicado con un mensaje de compromiso con una política de bajos tipos de interíés: "el Comitíé anticipa que, incluso despuíés de que el empleo y la inflación estíén cerca de los niveles que la Fed tiene como objetivos (pleno empleo y 2% de inflación) las condiciones económicas podrían, por un tiempo, justificar que se mantuvieran los tipos de interíés por debajo de los niveles que el Comitíé entiende como normales en el largo plazo".