Los abrepuertas ya no son suficiente. Tras varios años invirtiendo a distancia, cada vez más son los fondos buitre que refuerzan sus equipos con directivos locales ante la cantidad de negocio que acaparan. En este sentido, el último gran fichaje lo acaba de realizar Cerberus, que ha incorporado como máximo responsable de su brazo inmobiliario al hispanoargentino Jorge Sena, un veterano del sector que reemplaza en el cargo al canadiense Brian Betel, el ejecutivo de la firma estadounidense encargado de abrir mercado en nuestro país hace cuatro años.
El relevo al frente de Cerberus se produce en un momento caliente del mercado. Mientras la Sareb ultima la adjudicación del mayor contrato de gestión de activos del sector (Proyecto Ibero), del que ya ha concedido el lote más pequeño a la plataforma Solvia (Banco Sabadell), los fondos continúan pujando por distintas tipologías de activos (deuda, patrimonio, promoción, residencial, gestión…) para constituir grandes conglomerados inmobiliarios que compitan con las socimis (Merlin, Hispania, Lar o Axia) o las inmobiliarias que han sobrevivido.
El nuevo hombre fuerte de Cerberus, uno de los fondos oportunistas más activos, tiene sobre la mesa algunas importantes transacciones en curso. Además del contrato del banco malo, donde la firma opta a renovar a travíés de Haya Real Estate el lote de activos de Bankia (el más importante), Jorge Sena hereda el mandato de hacerse con la inmobiliaria Realia, controlada por el mismo banco y por la constructora FCC, obligada a hacer caja para contribuir a la ampliación de capital de 1.000 millones que condiciona la refinanciación de los 3.500 de deuda.
Mientras se resuelve este frente, Cerberus sigue engordando su cartera de activos inmobiliarios en España. Su última gran adquisición tuvo lugar en verano, cuando compró la inmobiliaria Sotogrande, el resorte vacacional propiedad de NH Hoteles, por algo más de 200 millones de euros, operación que culminó el saliente Brian Betel. Esta operación, como otras recientes, no son ajenas al nuevo responsable, ya que antes trabajó como asesor de inversores internacionales desde la consultora Elitia Real Estate, firma impulsada por el fondo de capital riesgo Advent.
La llegada de Jorge Sena como primer ejecutivo culmina una selecta lista de incorporaciones realizada por Cerberus, que a travíés de su filial Haya Real Estate ha ido aglutinando a pesos pesados del sector financiero, como Juan Hoyos (ex-McKinsey), Manuel González Cid (ex-BBVA) o Francisco Luzón (ex-Banco Santander), y de la aristocracia política, caso de Josíé María Aznar Botella (Poniente Capital), hijo mayor del expresidente de Gobierno y la actual alcaldesa de Madrid, para pujar por los activos en el mercado desde todos los flancos posibles.
Aunque son los amos del dinero, los fondos no son los únicos en mover ficha. Una de las pocas inmobiliarias superviviente a la crisis, como Monthisa, tambiíén ha protagonizado un fichaje de campanillas. La promotora creada por el murciano Santos Montoro, con una fortuna personal digna de la lista española de Forbes (400 millones), ha incorporado como nuevo director general a Javier Catena, otro veterano del sector, con un reciente breve paso por Drago Capital y años en la brecha desde Knight Frank, Inmobiliaria Chamartín, Promodeico o Carrefour.
Además de su actividad ordinaria, Monthisa tambiíén ha hecho su incursión en el mercado de los restos de la Sareb. La inmobiliaria de Santos Montoro se asoció el fondo oportunista HIG para llevarse el primer lote de activos (FAB) que vendió el banco malo. Fue hace poco más de un año e incluyó un total de 1.000 viviendas y 740 plazas de garaje, por las que el inversor extranjero afronta la mayor parte del desembolso de la inversión (100 millones) y el socio local, como luego han replicado gestoras como Azora o Magic Real Estate, asume la gestión.