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Autor Tema: BBVA y AFI admiten que la rentabilidad de la banca tardará años en volver al 10%  (Leído 125 veces)

Eguzki

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El mantra de la gran banca española en los últimos tiempos es que la rentabilidad –su mayor amenaza en la actualidad tras el saneamiento de los balances– volverá a niveles del 10% el próximo año. De hecho, es el objetivo oficial de entidades como Santander o Bankia. Pero los analistas cada vez tienen más dudas sobre la posibilidad de cumplirlo. Y ahora ya no son sólo ellos, sino que el propio consejero delegado de BBVA, íngel Cano, ha admitido que harán falta entre dos o tres años (es decir, hasta 2016 o 2017) para alcanzar esas cifras en el escenario actual.

Fue en la conference call con analistas celebrada con motivo de los resultados del banco en el tercer trimestre. Allí­, un analista de Sanford McQuaire preguntó a Cano por el plazo en que esperaba volver a una rentabilidad (medida sobre recursos propios, es decir, ROE) de doble dí­gito. La respuesta del número dos de Francisco González fue que "nuestra previsión en el último trimestre es alcanzar una rentabilidad superior al 10% o en el entorno del 15% en los próximos dos o tres años".

Es la primera vez que uno de los bancos importantes admite que hará falta un plazo tan largo para volver a rentabilidades que no se veí­an desde antes del estallido de la crisis financiera en 2009. Este reconocimiento choca con la postura del antecesor de Cano en el cargo y ahora presidente de Bankia, Josíé Ignacio Goirigolzarri, que insiste en el objetivo de su entidad de alcanzar un ROE del 10% ya en 2015. El consejero delegado de esta entidad, Josíé Sevilla, mantuvo explí­citamente esa previsión tambiíén en la última presentación de los resultados trimestrales. El Santander ha puesto en marcha un plan de rentabilidad con este mismo objetivo.
Más prudente todaví­a se muestra Asesores Financieros Internacionales (AFI), que en un informe estima que el ROE del sector financiero se situará en torno al 7% en 2016, aunque no da estimaciones para 2017. Ante ese magro porcentaje, se pregunta si será suficiente para cubrir el coste de capital, cosa que no sucedí­a en 2013, cuando el ROE medio se situó en el 4,43%, según la AEB. Un negocio es beneficioso si su rentabilidad es superior al coste del capital necesario para llevarlo a cabo.

Los bajos tipos tumban las previsiones

El principal motivo detrás de este enfriamiento de las expectativas del sector es la polí­tica del BCE, que ha bajado aún más los tipos y ha ampliado los estí­mulos no convencionales ante la debilidad del crecimiento en la zona euro, cuando hace sólo unos meses se esperaba todo lo contrario: que comenzase a retirar estí­mulos este año y a subir los intereses el próximo. Las subidas de tipos hacen que los clientes de los bancos paguen más por sus príéstamos, lo que incrementa los ingresos. Tambiíén encarece los depósitos, pero salvo que estalle otra guerra del pasivo, las entidades mantendrán su remuneración en niveles muy inferiores al rendimiento de los críéditos.

Al contrario, las bajadas del BCE se traducen en una caí­da de los ingresos de la banca por el lado de los críéditos. Es cierto que la nueva producción (los críéditos que se están concediendo ahora) tiene un diferencial mayor sobre el Euribor que los concedidos en la burbuja, pero esta producción es muy pequeña todaví­a –como denuncia el propio Banco de España– y no compensa el impacto de la rebaja en un enorme stock de hipotecas y críéditos a empresas concedidos con diferenciales inferiores al 1% en la inmensa mayorí­a de los casos.
Hay que tener tambiíén en cuenta que la bajada de tipos tambiíén se traslada a los depósitos, así­ como a la financiación mayorista del sector. De hecho, este es el principal argumento de los que insisten en que alcanzarán un ROE del 10% en 2015. Ahora bien, cada vez más expertos sostienen que ese impacto no será suficiente porque el peso de los tipos bajos en el activo (el críédito) es mayor. Además, la rebaja de los depósitos es inmediata y se agota, mientras que el repricing del críédito tarda un año en completarse. Un efecto que se verá agravado por la caí­da del volumen de los depósitos, ya que los clientes huyen masivamente en busca de productos con mayor rendimiento, sobre todo los fondos de inversión.

La única esperanza: más recortes de costes

AFI plantea estas cuestiones, aunque tambiíén señala elementos para la esperanza del sector, como la posibilidad de que las nuevas inyecciones de liquidez del BCE, los TLTRO, sirvan para incrementar el volumen de críédito (cuanto más volumen, mayores ingresos). Por el lado de los costes, habla de una fuerte reducción de estos, que es la otra palanca en que confí­a el sector, si bien en algunos casos está llegando a su lí­mite. Tambiíén señala que el deterioro del balance será mucho menor que hasta ahora, lo que reducirá notablemente las necesidades de provisiones (algo que ya está ocurriendo en 2014).

Más pesimista se mostraba recientemente la firma de análisis alemana Berenberg, que sostiene que el ROE de los bancos españoles no superará el 8% en los próximos años. De hecho, considera que la rentabilidad del negocio se encuentra en una caí­da estructural. Para alcanzar los niveles del 10%, deberí­an registrar fuertes subidas de los ingresos (del 6% para BBVA y del 15% para Santander), no dotar ninguna provisión más en España o una combinación de ambos elementos. Y entiende que ninguna de esas tres cosas es posible, porque el críédito no va a crecer debido al desapalancamiento y a la debilidad económica, porque la rebaja de los depósitos no será suficiente y porque continuará el deterioro de los activos.