FCC celebra este jueves una junta extraordinaria histórica, que supondrá la píérdida de control de la compañía por parte de la familia Koplowitz y la entrada de George Soros como socio financiero. El magnate estadounidense ha acordado con los fundadores comprar su paquete del 25% de la compañía constructora con un descuento máximo del 20%, por lo que pagará en torno a 12,5 euros por acción.
Según indican fuentes financieras, Soros ha puesto un límite al precio que desembolsará por entrar en FCC a travíés de la ampliación de capital de 1.000 millones de euros que se debe aprobar este jueves. Los responsables del inversor de origen húngaro están negociando todavía con JP Morgan, Morgan Stanley y Banco Santander, los bancos coordinadores de la colocación, los tíérminos de esta emisión, que asciende a algo más de la mitad de la capitalización actual de la sociedad.
Los tres brokers tienen que definir el precio final de los títulos que saldrán a la venta porque deben firmar una garantía –denominada contrato de aseguramiento– por la que se comprometen a quedarse con las acciones en el caso de no encontrar inversores institucionales suficientes para que la emisión se suscriba en su totalidad. A cambio de asumir este riesgo, los bancos de inversión cobrarán unos 35 millones de euros en comisiones, una factura muy alta que refleja el miedo existente entre los colocadores.
Según otras fuentes próximas a la operación, la discusión está en si el precio de la ampliación estará en la parte baja o en la alta de una horquilla que oscila entre los 10 y los 11 euros por acción. Esta es la banda que manejan los tres bancos, valoración a la que Soros tendrá que sumar el importe de los derechos de suscripción (entre 150 y 180 millones) que la familia Koplowitz le traspasará al inversor americano.
Estas fuentes aseguran que el nuevo socio de FCC no pagará más de 12,5 euros por cada título, lo que supone un descuento ligeramente inferior al 20% respecto a la cotización actual. Un precio de derribo en cualquier caso provocado por las difíciles circunstancias por las que atraviesa la compañía, que necesita reforzar sus recursos propios de forma urgente dados los más de 3.200 millones de píérdidas que ha registrado en los últimos tres años. Los fondos propios de la sociedad dominante apenas ascienden a 4,3 millones de euros a 30 de junio de este año.
Presionar para subir el precio
Tanto la familia Koplowitz como sus bancos acreedores quieren que el descuento total de la ampliación de capital sea el mínimo posible para evitar una dilución mayor de su participación, que actualmente es del 45%. Por este motivo, está tratando de convencer a Morgan Stanley y a JP Morgan de que, al tener ya cerrada la suscripción de la mitad de la operación con la entrada de Soros, el precio debería estar más cerca de los 11 que los 10 euros.
El matiz es muy relevante porque las Koplowitz tienen como garantía de sus príéstamos personales –ascienden a 1.000 millones– las acciones de FCC, por lo que cuanto más bajo sea el valor, menor será su participación final y más díébil será su posición con sus dos acreedores principales, BBVA y Bankia. Actualmente, con el valor de sus acciones no cubren ni la totalidad de la deuda, amíén de no poder hacer frente al pago de los intereses y del principal.
De hecho, en la reciente refinanciación de los pasivos de la familia, las dos entidades bancarias han tenido tal trato favorable que le han dado una carencia de cinco años para hacer frente tanto al coste del príéstamo –los intereses– como a la amortización del principal. Es decir, no tendrá que pagar nada hasta 2019.