El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha anunciado que disolverá el parlamento el próximo 21 de noviembre y celebrará elecciones anticipadas forzado por el mal desempeño de la economía del país y el fiasco de su plan de estímulos. Con esta medida, Abe, que llegó al poder hace solo dos años, busca revalidar el apoyo de los ciudadanos a su política económica y a las medidas más impopulares que están por llegar, como la subida del impuesto al consumo. Se prevíé que los comicios tengan lugar en diciembre.
Antes de anunciar la disolución del parlamento, Abe ha encargado a sus ministros nuevas medidas de estímulo tras la entrada en recesión de la tercera potencia mundial. El dirigente, que antes de reunir al gabinete se ha dirigido a su grupo parlamentario, tambiíén ha aplazado la segunda subida del impuesto al consumo, que se retrasa hasta 2017. Pese a ello, el primer ministro ya ha advertido de que la medida, aunque impopular, es clave para garantizar el Estado de bienestar en una sociedad que tiene en el envejecimiento de la población uno de sus mayores problemas.
A este respecto, la mayor parte de la caída del PIB del tercer trimestre se ha atribuido al primer incremento de esta especie de IVA, medida que entró en vigor el pasado mes de abril. Tras esta subida, que elevó la tasa del impuesto del 5% al 8%, el consumo interno, que supone un 60% del PIB del país, se frenó en seco con un exiguo avance del 0,4% entre julio y septiembre. Mientras, la inversión de las empresas y del sector inmobiliario bajó un 0,2% y un 6,7%, respectivamente. Con estos mimbres, el PIB arrojó una caída del 0,4% con respecto a junio, con lo que sufrió su segundo trimestre consecutivo de contracción y confirmó la entrada del país en la recesión.
Desde el Gobierno, el ministro de Economía japoníés, Akira Amari, reconoció este lunes que el efecto por la subida impositiva “ha sido mayor de lo esperadoâ€, según recogió la agencia de noticias Kyodo. Las elecciones generales estaban previstas para finales de 2016