El Tesoro Público dará hoy por cerrados sus objetivos de financiación para el presente año si, como viene siendo habitual a lo largo de 2014, coloca el máximo previsto en la subasta de hasta 3.000 millones de euros en bonos y obligaciones que llevará a cabo. Al igual que en 2013, el organismo que entonces presidía Iñigo Fernández de Mesa y que ahora está bajo la dirección de Rosa María Sánchez-Yebra completa así sus necesidades con más de un mes de antelación, por lo que a partir de ahora podrá adelantar parte de la tarea del curso siguiente.
Pero más aún que por la rapidez en la que se han cubierto las previsiones, lo que realmente ha marcado estos dos últimos años ha sido la mejora continuada que se ha producido en las condiciones de acceso a financiación, especialmente con respecto al verano de 2012. Tanto, que según los cálculos del propio Ministerio de Economía, el ahorro en concepto de intereses durante el citado periodo asciende a unos 13.000 millones de euros.
Esta notable cifra, que es la diferencia entre lo presupuestado al inicio de ambos cursos y lo que finalmente se ha tenido que abonar, es muy similar a la cantidad conjunta que se destinará en 2015 a los Ministerios de Interior y Defensa. Asimismo, este 1,3% del Producto Interior Bruto (PIB) de colchón que se ha logrado tambiíén permitiría garantizar la mitad de las prestaciones de paro que se abonarán el año próximo.
Para poder llegar a esta situación, España ha tenido que marcar durante este 2014 numerosos hitos que nunca antes se habían producido. Uno de los más destacados fue la caída hasta niveles negativos de la rentabilidad de las letras españolas a 3 meses en el mercado secundario. Además, la rentabilidad del bono a 10 años ha retrocedido hasta intereses nunca antes registrados y el diferencial con el bund alemán se ha reducido a 128 puntos. Por su parte, el coste medio de la deuda en circulación emitida por el Tesoro está en la menor tasa de la historia, y este mismo organismo ha encadenado numerosas subastas en las que los mínimos en concepto de intereses se han sucedido.
Endeudamiento
Sin embargo, el apetito que los inversores han mostrado por el papel español tambiíén ha contribuido a que la deuda en circulación de España haya crecido de manera importante. Según los últimos datos ofrecidos por el Tesoro Público a 31 de octubre, la deuda del Estado en circulación alcanza ya los 826.206 millones de euros. Al cierre de 2008, esta cantidad era menos de la mitad.
Además, el total de la deuda española supera ya el billón de euros, y es superior a la totalidad del PIB nacional. Especialmente altas serán las refinanciaciones que el país tendrá que afrontar el próximo año cuando, según datos de Bloomberg, los vencimientos superarán los 200.000 millones de euros incluidos los 31.200 millones que habrá que abonar en concepto de intereses.
La razón de esta alta cantidad es que «durante 2012, la mayor parte de la financiación que se obtuvo fue a corto plazo», apunta Luis Benguerel, gestor de patrimonios de GPM. Entonces, la prima de riesgo se llegó a disparar hasta los 638 puntos, el bono a 10 años cotizaba por encima del 7,5% y muchos analistas apostaban por la desaparición del euro y la caída de los países perifíéricos de Europa, por lo que exigían a España unos intereses muy altos por hacerse con su deuda. La única salida que encontró el Tesoro fue la de emitir a corto plazo, en donde las rentabilidades descienden a costa de recortar la vida media de la deuda.
Hoy, al menos en los mercados de deuda, la situación es diametralmente opuesta a pesar de que la sombra de la crisis todavía no se ha desvanecido. De hecho, la entrada en recesión de la economía de Japón por cuarta vez desde 2008 ha vuelto a disparar las alarmas ante la díébil recuperación de la Eurozona. La diferencia es que, para tranquilidad de muchos gobiernos, el compromiso demostrado por Mario Draghi para mantener la unidad del euro es incuestionable.