SUGESTION Y AUTOSUGESTION
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Cualquier idea que penetre en la mente de una persona, ya sea llevada por sí misma o por influjo de otra, es una “sugestiónâ€.
La sugestión puede imponerse al espíritu de alguien con la voluntaria ayuda de íéste y a fuerza de repeticiones reiteradamente idíénticas. Entonces la sugestión pasa a ser “autosugestiónâ€.
Es muy nutrido el número de psicólogos que han dedicado extensos trabajos y experimentaciones al estudio de este notable fenómeno: la sugestión. Es especialmente notoria su importancia y trascendencia cuando se analizan los fenómenos de la hipnosis o sueño provocado, ya que constituye la base de todo procedimiento destinado a la creación del llamando sueño hipnótico.
El vendedor, el comerciante al ofrecer su mercadería, el profesor al exponer su materia, el padre o la madre al aconsejar a su hijo….pero, ¡que decir!, si hasta los letreros de propaganda que nos ofrecen este artículo o aquel producto, son formas encubiertas de sugestión.
Nuestra mente, de tanto recibir el repetido mensaje, termina por asimilarlo y, por autosugestión -esto es, por una individual imposición- lo convierte en ideas propias, sin darse cuenta que lo que ahora cree personal preferencia o libre elección, le ha sido impuesto a su mente por simple sugestión.
Quienes redactan los avisos comerciales, los letreros o afiches que tan abundantemente vemos en las paredes de la ciudad, son expertos en sugerir o, dicho de otro modo, en sugestionar al público. “Chocolate delicioso y nutritivoâ€, “Crema suave y embellecedoraâ€.
Todos estos anuncios apelan a la sugestión y a su enorme fuerza y energía, combinadas con dibujos altamente sugestivos.
COMO UTILIZAR LA SUGESTION
Trataremos ahora de la sugestión como elemento o factor determinante en la Parapsicología. En otras palabras, aprenderemos a utilizar la sugestibilidad que poseemos, en provecho propio.
Ya hemos dicho que la sugestión logra penetrar en nuestra -psiquis-, con ayuda de otro elemento: la repetición. Para que nuestra mente se posesione de una idea o de un concepto es preciso recurrir a la tautología, esto es, a la repetición.
Mientras mayor número de oportunidades se presenten, mientras más veces se nos repita una idea, tanto más poderosa será la sugestión. De allí que será necesario repetir una y otra vez la sugestión hasta que llegue a fijarse en nuestra mente en forma indeleble.
Iremos a continuación al experimento que nos permitirá aprovechar la sugestión, primero en nosotros mismos, para luego hacer que surta sus admirables efectos sobre los demás.
UNO DE TANTOS, METODOS SUGESTIVOS
Lógicamente que descartaremos en la presente exposición el míétodo sugestivo de la “persuaciónâ€, generalmente el más utilizado en la enseñanza y en pedagogía. Iremos directamente al procedimiento más socorrido para obtener resultados beneficiosos: el míétodo sugestivo.
Si sufrimos de un dolor de cabeza, si tenenos una idea obsesionante, si deseamos aumentar nuestra fuerza de voluntad, si deseamos revitalizar nuestro organismo, si queremos sobreponernos a determinada situación, nada mejor que recurrir al siguiente procedimiento:
Antes de ir a dormir, escribiremos sobre una tarjeta de 8 a 10 centímetros, con caracteres bastante visibles, la sugestión que deseamos darnos a nosotros mismos.
Supongamos que frecuentemente sufrimos de dolor de cabeza o de estómago. Al retirarnos a nuestro dormitorio, escribiremos con caracteres destacos y letra clara una frase tendiente a eliminar dicha molestia.
Por ejemplo: “Me siento perfectamente bienâ€; “Mi salud es excelenteâ€; “Cada día estoy mejorâ€, cuidando muy bien de no escribir la enfermedad o molestia que se padece, a fin de no impresionar con ella a nuestro subconsciente.
Ya una vez acostados, antes de apagar la luz para dormirnos, miraremos fijamente la tarjeta escrita y repetiremos en voz baja lo escrito, 10 o 20 veces, con -intención-, compenetrándonos profundamente de la sugestión que nosotros queremos hacer penetrar en nuestro subconsciente.
Luego apagaremos la luz y nos dormiremos. Mientras nosotros dormimos, el subconsciente lleva a cabo su extraordinaria tarea de hacer realidad la sugestión que se la ha transmitido. Esto ocurre porque existe una ley psicológica que establece que “toda idea de un movimiento es un principio de dicho movimientoâ€.
