España ha enviado en los últimos días una larga y voluminosa lista de proyectos a Bruselas para aprovechar al máximo el estímulo del Fondo Juncker, el nuevo vehículo financiero que tiene previsto invertir 300.000 millones de euros en tres años para tratar de sacar a Europa del estancamiento. El Gobierno español ha mandado hasta ahora peticiones por importe de 51.000 millones de euros para el periodo 2015-2017, solo por detrás de Italia y Reino Unido, según un informe al que ha tenido acceso este diario. Las cifras españolas están por delante de las que han presentado economías de mayor envergadura como la francesa —que necesita ese estímulo como agua de mayo— y la alemana, cuya canciller ve con escepticismo los planes de la Comisión y no ha enviado ni una sola petición a Bruselas.
El equipo del presidente Jean-Claude Juncker y el vicepresidente Jyrki Katainen ha identificado, en una evaluación inicial, hasta 60 proyectos españoles susceptibles de obtener financiación procedentes del plan que se presentará esta semana. Para España y para el resto de socios, Bruselas tiene ya perfilada una lista con los proyectos más atractivos e inmediatos, focalizados en la unión energíética, la mejora de las infraestructuras de transporte y el desarrollo del mercado único digital. Pero Juncker ha reclamado a los Veintiocho proyectos adicionales con el objetivo de presentar un elenco atractivo y buscar inversión privada con keynesianismo de bajo coste: usará como palanca 16.000 millones de los presupuestos europeos y 5.000 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI). El resto será endeudamiento (hasta 60.000 millones) e inversión privada (hasta alcanzar los 300.000), según explican fuentes europeas.
Bruselas considera que lo más rápido, en el caso español, es centrarse en las redes de transporte, que se llevan la parte del león: 29 de los 60 proyectos identificados, frente a 17 en el sector de tecnologías de la información y 12 en energía (dos de ellos de desarrollo conjunto de las interconexiones con Francia, y uno más con Portugal). Hay tambiíén dos en el área de medioambiente. Ninguno está relacionado con la I+D.
Fuentes del Gobierno subrayan que ese primer listado no es definitivo y que Moncloa ha enviado un elenco más amplio de proyectos, focalizados en I+D e interconexiones elíéctricas con Francia, para aprovechar el impulso de la última cumbre europea sobre la energía. La caída de la inversión en España supera el 40% en lo que va de crisis. Pero algo empieza a cambiar: en los presupuestos de 2015 —año electoral—, el Ejecutivo elevó las inversiones públicas en infraestructuras por primera vez desde 2009. “España está en condiciones de invertir aún más si el plan de Juncker funciona y si se encuentra la manera de que las aportaciones de los Estados miembros no computen en el cálculo de los objetivos fiscalesâ€, según fuentes de Moncloa.