La crisis provoca la primera escisión de un grupo bancario en la Unión Europea
Publicado por Bernardo de Miguel en Cinco Días
Tras toda una noche de negociaciones secretas, Bíélgica, Holanda y Luxemburgo anunciaron el viernes el definitivo desmembramiento de Fortis. Por 16.800 millones de euros, Holanda se hará con todos los activos de la entidad en ese país, incluidos los de ABN Amro, cuya compra, según muchos analistas, está en el origen de las dificultades de Fortis. La decisión supone la primera ruptura de un grupo financiero paneuropeo desde que hace un año empezó la crisis de las subprime.
Los tres países salvaron a la entidad de la quiebra el pasado domingo, al comprar por 11.200 millones de euros el 49% de cada una de sus tres filiales nacionales, pero mantuvieron la unidad del grupo. Ahora, el líder financiero del Benelux vuelve a dividirse por fronteras nacionales. Y sólo la pequeña parte de la entidad en Luxemburgo continuará integrada con la unidad belga. Holanda recupera de paso el control sobre la parte local de ABN Amro, una pieza clave en su mercado que perdió a regañadientes. 'Ha sido una semana muy difícil para Fortis, pero podemos decir que hemos dado un paso muy importante', señalo el primer ministro belga, Yves Leterme, tras anunciar la escisión.
Para la UE ,y en particular para la zona euro, el desmembramiento supone un significativo paso atrás en más de una díécada de esfuerzos para la integración de los servicios financieros. Un paso atrás especialmente embarazoso para la Comisión Europea, que exigió al Banco de Holanda que aceptase la venta y división de ABN Amro a un consorcio formado por Fortis, Royal Bank of Scotland (RBS) y Santander.
Y la revancha ha llegado, sin que Bruselas, de momento, pueda decir nada. 'El estado holandíés toma la totalidad del banco Fortis Holanda, la aseguradora Fortis Holanda y la aseguradora de empresas Fortis Holanda, así como la parte de Fortis en el holding ABN Amro', señaló el Gobierno holandíés en un comunicado emitido el viernes. 'Es una medida temporal', añadía el primer ministro de este país, Jan-Peter Balkenende. 'Estas instituciones financieras serán privatizadas cuando la calma vuelva al sistema financiero'.
La división supondrá una importante inyección de capital para la parte belgo-luxemburguesa de Fortis, aunque los 16.800 millones pagados por Holanda por su filial están lejos de los 24.000 millones de euros que le costaron a Fortis los activos de ABN Amro hace poco más de un año. Aún así, el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, cree que la decisión del viernes debe 'preservar de manera sostenible la solvencia del grupo'.
La cotización de Fortis cayó un 24% en la jornada bursátil del lunes, despuíés de la nacionalización parcial acordada in extremis la noche del domingo por los tres gobiernos del Benelux. El valor se estabilizó en los días posteriores, aunque muy por debajo de la cotización de hace unos meses. Y el mercado intuía que la entidad podía necesitar una nueva intervención pública. Ayer, nada más cerrar Euronext, con la acción de Fortis perdiendo un 0,79% y quedándose en 5,42 euros, el primer ministro belga anunció la separación del grupo.
La primera víctima transfronteriza de la actual crisis, en la Unión Europea, hunde sus raíces en el mercado asegurador belgo-holandíés y en algunas de las cajas de ahorros más antiguas del mundo. El grupo integró a nombres legendarios del mercado financiero del Benelux, como los belgas Gíéníérale de Banque (cuyo origen databa de 1822) y Caisse Gíéníérale d'Epargne et de la Retraite (1865), o la aseguradora holandesa AMEV (1847).
El año pasado, en pleno apogeo de su actividad, Fortis tenía 85.000 empleados en más de 50 países y registraba unos ingresos de 120.000 millones de euros. Su capitalización bursátil alcanzaba los 40.000 millones de euros. Pero en ese momento, el grupo presidido por Maurice Lippens empezaba a ser víctima de su propia ambición paneuropea.
En una operación que muchos analistas calificaron de temeraria, Fortis decidió participar en la compra de ABN Amro, una entidad holandesa que valía en Bolsa 72.000 millones de euros, muy por encima del comprador. Fortis compartió la operación con Santander y Royal Bank of Scotland, y vendió parte de los activos comprados a Deutsche Bank (por orden de las autoridades comunitarias de competencia). Pero aún así, a diferencia del Santander, que absorbió sin problemas su parte, la compra marcó el principio del fin. Con una simbología que se ha revelado premonitoria, el nombre en clave del banco belgo-holandíés en aquellas negociaciones fue Fire (fuego, en inglíés). Un fuego al que no ha podido sobrevivir.
Frenazo
La versión jibariza del grupo iniciará el lunes su andadura. La parte holandesa quedará bajo el fíérreo control de su Gobierno, el mismo que el domingo se resistía a desembolsar 4.000 millones para hacerse con una participación del 49%. Y la belga estará bajo la tutela de un Gobierno que ya ha designando a un nuevo presidente del consejo, Herman Daems, responsable de una sociedad belga de capital riesgo. La excisión de Fortis se produce un día despuíés de que el presidente de la CE, Josíé Manuel Durí£o Barroso, se reuniera con los principales banqueros europeos -entre los que estaba Francisco González, de BBVA-, para analizar la situación del sector. Los ejecutivos reclamaron a Barroso una revisión de las normas contables, criticaron la iniciativa irlandesa de garantizar todos los depósitos y pidieron que el BCE amplíe a más de seis meses las inyecciones de liquidez.