La falta de acuerdo en la OPEP para rebajar su producción y el consiguiente desplome del petróleo sigue pasando factura a Rusia. El rublo se desinfla a mínimos históricos y la Bolsa de Moscú cae a sus niveles más bajos de 2009.
El propio Gobierno de Moscú activó las alertas esta misma semana. El impacto para la economía rusa de las sanciones impuestas por su implicación en el conflicto de Ucrania y del desplome de la cotización del petróleo ascenderá a entre 130.000 y 140.000 millones de dólares cada año, más de 100.000 millones de euros, según las estimaciones del ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov.
Estos cálculos los comunicó cuando el precio del barril de Brent rondaba aún los 80 dólares. Despuíés del descalabro sufrido ayer a raíz de la decisión de la OPEP de mantener sin cambio su producción, la cotización del Brent se ha desplomado hasta los 71 dólares, sus cotas más bajas desde 2010. Al cierre de hoy el crudo podría sellar su peor mes desde 2008, con un revíés del 15%.
La reacción de los inversores se ha traducido en una nueva desbandada del mercado ruso. El índice RTS de la Bolsa de Moscú, denominado en dólares, sufre un castigo adicional superior al 3%, y pierde el nivel de los 1.000 puntos. A un mes de cerrar el año, el índice bursátil alcanza las cotas más bajas de 2014, en línea con sus mínimos de 2009.
La huida de los inversores provoca nuevos mínimos históricos en la cotización de la divisa rusa. El rublo se desploma cerca de un 2% frente al dólar, hasta los 49,5 rublos. El revíés es extensible a su cruce frente al euro, hasta los 61,7 rublos.
El impacto de las sanciones impuestas por Occidente y el desploe del petróleo agrava las previsiones de las firmas internacionales de inversión de una próxima entrada en recesión de la economía rusa.