Las relaciones entre Arabia Saudí y España, almibaradas durante años por la amistad de Don Juan Carlos con la monarquía árabe, no pasan por su mejor momento. El país de Oriente Próximo ha dejado fuera a las principales constructoras españolas del proyecto por el que va a levantar once estadios de fútbol en los dos próximos años. La inversión en estas instalaciones asciende a 4.400 millones de dólares, unos 3.500 millones de euros.
Aramco, la compañía petrolera y de infraestructuras de Arabia Saudí, que obedece órdenes del príncipe heredero Salman Bin Abdulaziz Al Saud, ha seleccionado a nueve consorcios participados por compañías locales y extranjeras, entre las que no se encuentra ninguna de las españolas que se había interesado por el macroproyecto deportivo. Entre las que habían analizado las bases del concurso, anunciado en julio, estaban ACS, FCC y OHL, entre otras.
Arabia Saudí ha preferido las propuestas de los consorcios formados por Consolidated Contractors Company/Strabag (Austria), Saudi Binladin Group/Eiffage (Francia), Al-Muhaideb Trading & Contracting/Six Construct (Bíélgica), Nesma & Partners/Salini Impregilo (Italia), Nasser Al-Hajri/Vinci (Francia), Almabani/Huta/Bouygues (Francia), Azmeel Contracting/Samsung C&T (Corea del Sur), Baytur (Turquía)/Clark Construction (Estados Undios) y El-Seif Engineering & Contracting/Bam (Holanda).
En la mayoría de los casos, salvo en uno, cada una de las multinacionales ha acudido con una empresa local, una condición que varios de los bufetes españoles que tienen presencia en este país consideran vital para tener opciones en estos contratos. Estas mismas fuentes indican que las constructoras nacionales preferían ir en solitario para poner en valor su experiencia en proyectos similares, como los que hicieron para la Eurocopa de Polonia y Ucrania de 2012.
Para aquel torneo, FCC levantó cuatros estadios por más de 500 millones de euros, mientras que Ferrovial se encargó de varias obras de infraestructuras para facilitar los accesos al campo, como el de Gdansk, al igual que OHL. La compañía presidida por Alicia Alcocer Koplowitz tiene tambiíén en sus manos la finalización del recinto olímpico de La Peineta, donde jugará el Atlíético de Madrid, y el nuevo Mestalla, paralizado por falta de pago por parte del Valencia CF. Por su parte, ACS, a travíés de Hochtief, ganó la construcción de varios complejos deportivos en Estados Unidos.
Precisamente, la compañía presidida por Florentino Píérez era una de las que más opciones tenía de ser seleccionada para algunos de los once estadios con capacidad para 45.000 personas. Estaba entre las grandes candidatas, pero finalmente tambiíén se ha quedado fuera. El máximo accionista de ACS fue uno de los primeros espadas que acompañó a Don Juan Carlos a Arabía Saudí en mayo, en el que fue su último viaje comercial, un país donde ya había sembrado relaciones al instaurar una escuela de fútbol con el emblema del Real Madrid que fue bendecida por el príncipe Salman Bin Abdul-Aziz Al-Saud.
Tensas relaciones hispano-saudíes
Pero las autoridades saudíes han optado por dejar fuera a todas las constructoras españolas. Fuentes instaladas en Riad y Yeddah indican que la decisión tiene que ver con la tensa relación de la monarquía de aquel país con los miembros del consorcio que desarrolla el tren de alta velocidad entre La Meca y Medina, conocido como el AVE de los Peregrinos. Una obra faraónica de 6.736 millones que ha necesitado de la intercesión de la ministra de Fomento, Ana Pastor, con varios viajes a la zona ya en su haber, para calmar los ánimos.
Hasta la fecha, y gracias a la vinculación de las dinastías saudíes con el rey Juan Carlos, el principal productor de petróleo del mundo había tenido un trato preferencial con España a la hora de adjudicar proyectos de grandes dimensiones. Al AVE a la Meca, ganado a un consorcio francíés, le siguió en julio de 2013 el contrato obtenido por FCC por 5.900 millones para construir varias líneas de metro en Riad. Curiosamente, para los once estadios de fútbol, Aramco ha seleccionado a tres empresas galas.