La última reunión del año del Consejo de Gobierno del BCE cobra importancia por las pistas que pueda dar Draghi sobre el programa de compra de deuda soberana (QE), que podría anunciarse en el primer trimestre de 2015.
La cada vez más patente amenaza deflacionista, no llevará hoy al Banco Central Europeo (BCE) a tomar medidas que alejen de una vez por todas a ese fantasma que Mario Draghi, el presidente del BCE, no quiere ni mencionar. ¿A quíé factores habrá que prestar atención en la reunión de hoy?
1. La deflación asoma la cabeza con la presión del petróleo...
El control de los precios es el principal mandato del organismo monetario europeo. Su objetivo primordial gira en torno al control de la inflación en torno al 2%, pero siempre por debajo. Sin embargo, el BCE no tomará hoy medidas directas que pongan freno a esa tasa de inflación de la eurozona, que cayó al 0,3% en noviembre, una díécima más que el mes anterior, y se aleja cada vez más de su objetivo.
Y es que cuando se esperaba un repunte de la inflación, la "maldición del petróleo", como llaman algunos expertos, ha comprometido el dato. La caída en picado del precio del crudo tras la decisión de la OPEP de mantener sin cambios su cuota de producción, presiona a la baja a la inflación, incluso a la subyacente, que es la que preocupa al BCE. Por tanto, ahora las expectativas tambiíén dependen del precio del oro negro.
2. ...pero el BCE no anunciará nuevas medidas...
El BCE no lo tiene fácil. A la baja inflación se suman las díébiles previsiones de crecimiento de la eurozona, que han llevado al BCE a adoptar medidas de política acomodaticia sin precedentes. Ha bajado los tipos de interíés al mínimo histórico del 0,05%, ha pasado negativo la tasa de los depósitos (-0,2%), ha lanzado una barra libre a largo plazo condicionada (TLTRO) -la segunda será el 11 de diciembre- y ha puesto sobre la mesa un programa de compra de ABS y de bonos garantizados (cíédulas).
Para hoy, todos los expertos en la materia aseguran que el BCE no moverá hoy ni una ficha en lo que a política monetaria se refiere, por tanto, habrá que estar atento a las pistas que pueda adelantar.
Lo más lógico es que a falta de medidas, Draghi repita el mensaje que pronunció el pasado 21 de noviembre: "Haremos lo que tenemos que hacer para subir la inflación y las expectativas de inflación tan pronto como sea posible, como nos requiere nuestra función de estabilizar los precios".
3. ... aunque podría dar nuevas pistas sobre la compra de deuda soberana (QE) o corporativa...
El oscuro panorama que propician unas perspectivas a la baja de inflación conducen al BCE a ampliar su programa de compra de activos, bien mediante la compra de deuda soberana (conocida como Quantitative Easing -QE-) o mediante la compra de deuda corporativa, es decir, de empresas.
De hecho, la semana pasada el vicepresidente de la entidad, Vitor Constancio, aseguró que el BCE podría plantearse compras de deuda pública en el primer trimestre de 2015. Una medida a la que se opone el bloque alemán que encabeza Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank y miembro del consejo del BCE.
Para esa fecha, Constancio dijo que el organismo estaría en condiciones de calibrar si las medidas adoptadas cumplen con las expectativas de la entidad y si es necesario incorporar nuevos programas de compra de activos, incluyendo la compra de bonos soberanos el mercado secundario (el más voluminoso y líquido de los disponibles).
De manera que las dos fechas que se manejan para un hipotíético anuncio oficial serían las de las siguientes reuniones del BCE, la del 22 de enero y la del 5 de marzo. El próximo año, el BCE ya no se reunirá de forma mensual.
4. ¿Quíé hará el mercado dependiendo del anuncio sobre QE?
Sin embargo, si el BCE anunciara hoy el QE, que es la opción más improbable, "los índices de renta variable europeos romperán al alza las resistencias en las que están cotizando en las últimas jornadas", según explica Miguel íngel Paz, de Unicorp Mercados.
"Si no lo anuncia y se queda en un mensaje tibio de que la bajada de inflación es puntual debido a la corrección del petróleo y no da pistas sobre cuándo puede anunciarse el QE, defraudaría al mercado y tendríamos serias correcciones", apunta Paz. En cualquier caso, destaca que no serían demasiado fuertes porque el jueves de la semana que viene se abre la nueva ventana de LTROS a los bancos europeos para príéstamos al sector privado. Tras el fracaso de la de octubre, si la semana que viene el total de peticiones se acercase a los 400.000 millones previsto este verano por el BCE, "sería una inyección de optimismo que volvería a generar optimismo de cara al cierre de año e inicio del 2015", en palabras de experto de Unicorp.
Si no anuncia el QE, pero Draghi se queda sólo en el discurso y vuelve a repetir que el BCE está preparado para anunciarlo si la situación empeora, "las bolsas seguirán en el lateral en el que llevamos inmersos desde principios de año. Sin alicientes para subir, pero tampoco excusas para pasar a una tendencia bajista decidida", explica Miguel í. Paz.
5. Evaluará las compras de cíédulas y ABS
El organismo monetario evaluará hoy sus programas de compra de deuda respaldada por activos (ABS) y de bonos garantizados (cíédulas hipotecarias) que lanzó para estimular el críédito a empresas y hogares de la zona euro.
Por el momento, ha invertido 5.078 millones de euros en la sexta semana de funcionamiento del programa de compra de cíédulas hipotecarias, que alcanza así un total de 17.801 millones desde su lanzamiento, mientras que sólo ha dedicado 368 millones a comprar ABS durante la primera semana en vigor de este nuevo programa. Estos importes "se antojan reducidos si el BCE quiere alcanzar su objetivo de ampliar balance en un billón de euros", hasta 3 billones de euros, según Renta 4.
6. Unas medidas que presionan a la baja al Euro y a la deuda
Si el BCE continúa poniendo sobre la mesa medidas o estímulos a futuro, o se compromete con mover ficha, continuará la presión bajista sobre el euro, que ayer cayó a 1,23 dólares, su nivel más bajo desde agosto de 2012.
Lo mismo sucede en el mercado de deuda, tambiíén en mínimos históricos. La rentabilidad del bono a diez años cotiza en torno al 1,8%, con la prima de riesgo por debajo de los 110 puntos básicos, en sus cotas más bajas en más de cuatro años.