El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, está ultimando un rescate financiero de las autonomías, a travíés de un alargamiento de los plazos de amortización de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y una adecuación a los actuales tipos a la baja que recortaría los costes financieros del pasivo en más de un 25%, lo que supondrá un autíéntico balón de oxígeno para las comunidades autónomas adheridas al fondo.
Al final se ha descartado una quita, una opción que se había barajado seriamente, pero a cambio de una rebaja radical de los tipos de intereses a los que se están financiando las CCAA. En este sentido, el ministro de Economía, Luis de Guindos ha impuesto su tesis de que una quita, aunque sólo supusiese traspasar al Tesoro una parte de la deuda autonómica, no hubiese sido entendida por las autoridades de Bruselas.
El presidente del Gobierno Mariano Rajoy ya dijo ayer en conversación informal con los periodistas que la idea de "una quita" resulta difícil de vender. La decisión se tomará en una comisión bilateral, entre hoy y mañana, que presidirá el mismo Rajoy y donde se tomará una decisión política. Fuentes del Ministerio de Hacienda han declinado comentar cualquier detalle sobre esta reforma. Sin embargo, otras fuentes políticas y económicas han asegurado que los detalles de la misma se comunicarán a las autonomías en un próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebraría este mismo mes de diciembre.
El FLA suma en este momento más de 63.000 millones de euros y el fondo de proveedores acumula otros 45.000 millones. Este nivel de deuda es inasumible por las CCAA si no se produce una reducción de los intereses, alienándolos con el actual coste del dinero marcado por el Banco Central Europeo, que está tan sólo ligeramente por encima del 0%, tras la brutal inyección de liquidez que ha desplegado Mario Draghi.
Las tesis de Montoro
El titular de la cartera de Hacienda es consciente de que las autonomías, a falta de un nuevo sistema de financiación, que por ahora se ha abandonado, necesitan oxígeno para mantener operativos los servicios mínimos que han sobrevivido a los recortes. Y este oxígeno sólo puede llegar por la vía de un recorte drástico de los costes financieros, aprovechando el actual buen momento de los mercados.
El plan de Montoro pasa por aprovechar las excepcionales condiciones financieras internacionales y refinanciar una parte del FLA a un coste mucho menor.
Este rescate interno liberaría a las CCAA de buena parte de los costes y obligaciones de la deuda pasada a cambio de limitar el endeudamiento futuro, tal y como ya está estipulado. Las CCAA que se acogiesen a estas nuevas ventajas deberían limitar sus emisiones a aquellas que pudiesen realizar en condiciones equivalentes al Tesoro español. Formaciones como ERC temen que la medida de ayuda oculte un regalo envenenado: una recentralización de la capacidad financiera futura de las CCAA, que ya estaba sobre la mesa con las reglas actuales del FLA.
Medidas complementarias
El Ministerio de Hacienda no plantea este rescate como algo aislado sino dentro de un paquete de medidas para dar aire a las CCAA, que incluiría otros instrumentos de liquidez no exclusivos para CCAA acogidas al FLA, como el FLA social, el FLA bueno, o el FLA Ayuntamientos, lo que debería servir para evitar las protestas de comunidades que funcionan al margen del fondo, como es el caso de Madrid, largamente enfrentada con Hacienda.
La autonomía más beneficiada en tíérminos relativos por estas medidas sería Murcia y en tíérminos absolutos, Cataluña. La Generalitat catalana es la administración autonómica más endeudada y debería pagar más de 1.700 millones en intereses en 2015, según los Presupuestos que ha presentado el conseller Andreu Mas-Colell, una factura que ahora gracias a estas nuevas medias se recortaría de manera harto considerable.
Aunque no es el caso de Cataluña, enzarzada en el debate soberanista, muchas CCAA del PP necesitan esta medida como agua de mayo con las elecciones de mayo a la vuelta de la esquina. Algunas de ellas son tan estratíégicas políticamente para los ‘populares’ como la Comunidad Valenciana.
