(PL)
La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tomó un receso oportuno, tras iniciar el año con una de sus peores caídas para esta íépoca.
El receso de fin de semana pudiera ayudar a calmar los nervios en los mercados financieros locales, pues en su primera jornada de 2015 la BMV cerró cotizaciones con una caída de 2,39 por ciento, mientras que el peso se devaluó ocho centavos.
Para el principal medidor bursátil de la Bolsa, el índice de Precios y Cotizaciones (IPC), la baja fue de mil 30.19 puntos hasta ubicarse en 42 mil 115.47 unidades, con lo que acumuló una píérdida de 2,06 por ciento en la semana y regresó a niveles de mediados de diciembre pasado.
Entre las empresas que reportaron las mayores píérdidas están Grupo Peñoles (-5,71 por ciento), Soriana (-5,63) y Elektra (-5,31).
Operadores bursátiles explicaron que la caída no respondió a noticias o argumentos fundamentales, sino a los ajustes propios de una jornada con volumen reducido y previo a que el lunes se reincorporará la mayor parte de los participantes tras los festejos de fin de año.
Todas las emisoras cuyas acciones fueron las más negociadas cerraron la jornadas con caídas, la más pronunciada fue la de Walmart de Míéxico (-3,03), seguida de Cemex (-2,39) y Grupo Financiero Banorte (-2,92).
Respecto al tipo de cambio el peso se depreció de la mano de otras divisas emergentes ante la fortaleza del dólar y luego de la publicación de díébiles datos globales del sector manufacturero en Estados Unidos.
El dólar libre finalizó la primera jornada del año en un precio máximo de venta de 15,11 pesos, seis centavos más comparado con el cierre del pasado miíércoles, y se adquirió en un mínimo de 14,28 pesos, en bancos del Distrito Federal. El Banco de Míéxico fijó el tipo de cambio para solventar obligaciones en moneda extranjera pagaderas en el país en 14,8290 pesos.
Según analistas, el tipo de cambio en la primera parte del año estará marcado por la volatilidad con tendencia a que se fortalezca el dólar, ya que está más cerca el momento en que la Reserva Federal de Estados Unidos empiece a subir tasas, además de que la caída de precios de crudo seguirá siendo un factor de presión