No importa la revolución de precios que vive el mundo del petróleo o las deliberaciones de la OPEP. Si el oro negro no para de bajar, no se puede decir lo mismo del oro líquido –el aceite de oliva–: algunos productores de aceite están disfrutando de los precios más altos en seis años.
La sequía en España y una plaga de mosca de la fruta en Italia han provocado un aumento en el precio del aceite de oliva. Ambos países representan un poco menos del 70% de la producción, y el Consejo Oleícola Internacional, con sede en Madrid, pronostica que la producción caerá un 27% en 2015.
“La producción en España está siendo muy reducidaâ€, afirma Rafael Pico Lapuente, director general de Asoliva , la Asociación de Exportadores de Aceite de Oliva Español.
La escasez ha presionado al alza los precios al por mayor durante meses. El precio del aceite de oliva virgen extra de primera calidad se elevó a 4.282 dólares la tonelada el mes pasado, el precio más alto desde 2008, según el Fondo Monetario Internacional. La guerra civil en Siria tambiíén ha afectado a la producción.
Vito Martielli, analista de Rabobank, afirma que los costes más altos podrían golpear aún más el consumo en el sur de Europa. La crisis económica de 2008 influyó en la demanda de aceite de oliva en España, Italia y Grecia, y el apetito se ha ido desvaneciendo mientras los consumidores han recurrido a sustitutos más baratos.
La meteorología favorable ha hecho tambiíén que las cosechas de cultivos de semillas oleaginosas hayan sido abundantes y que los precios hayan caído. El precio del aceite de soja descendió un 20% el año pasado; el del aceite de palma se redujo un 17%, y el de colza cayó un 5%.
El Consejo Oleícola Mundial espera que el consumo de aceite de oliva en 2015 caiga un 7%, hasta 2,8 millones de toneladas. En Italia, el mayor consumidor del mundo, se prevíé una caída del 16%, hasta 520.000 toneladas, y en España se espera un descenso del 3%, hasta las 515.000 toneladas, mientras que el consumo en Grecia puede bajar un 6%, hasta las 160.000 toneladas.
Si se compara con los niveles previos a la crisis en 2007, el consumo en Italia se ha reducido casi un 30%; un 4,5% en España; y un 41% en Grecia.
El Consejo Oleícola, que publica las estimaciones de oferta y demanda de referencia, prevíé una reducción de la producción de aceite de oliva español a más de la mitad en 2015, hasta 825.700 toneladas. Asimismo, espera que la producción italiana caiga cerca de un tercio, hasta 302.500 toneladas, el nivel más bajo desde 1991. La escasez sería sólo parcialmente compensada por las abundantes cosechas en Grecia, el tercer productor, y Túnez.