El barril de Brent, de referencia en Europa, no encuentra suelo y en la primera semana de enero ha descendido hasta los 42 euros. Los países importadores de crudo, entre ellos España (solo produce el 0,2% de lo que consume), se frotan las manos con esa rebaja y ya empiezan a hacer cálculos sobre la inyección de dinero que recibirá la economía española como consecuencia de la caída del precio. A primeros de diciembre, el incremento de renta disponible por la depreciación del petróleo era de 10.600 millones; un mes más tarde, esta cifra se ha incrementado hasta los 18.000 millones como consecuencia del fuerte ajuste de precio que ha sufrido el crudo, con un descenso de 8 euros en esas cuatro semanas.
¿Cómo se obtiene este cálculo? España consume 1,3 millones de barriles de petróleo al día (486 millones de barriles al año). En el cuadro macroeconómico que el Ejecutivo envía a Bruselas con sus previsiones macroeconómicas se estimaba un precio medio del crudo para 2015 de 79,5 euros por barril, lo que supone que la factura energíética por compra de crudo se elevaría a 38.637 millones de euros. Si ese mismo cálculo lo hacemos con la cotización actual (42,8 euros), la partida desciende hasta los 20.800, lo que representa un colchón de 17.836 millones de euros. Un efecto que elevará la renta disponible en las compras que tengan que hacer la Administración o las empresas en su quehacer diario, así como el gasto en calefacción o en gasolina de los particulares. “Las familias van a tener que dedicar menos presupuesto a gasolinas y las empresas tendrán menos costes energíéticos, lo que les va a liberar beneficios que pueden usar para autofinanciarse ante el estrangulamiento del críéditoâ€, apunta Rafael Pampillón, profesor de Economía en el IE Business School.
Ese aumento de renta disponible de 18.000 millones es coherente siempre y cuando se mantenga la cotización del barril de Brent en el entorno de los 42 euros tal y como sucede en la actualidad. Ante la posibilidad de que se puedan producir oscilaciones al alza o la baja, una manera de hacer un cálculo más preciso es tomar en cuenta la media de cotización del último año móvil (enero 2013-enero 2014) en el que el precio ha estado cerca de 74 euros. En este caso, el ahorro se limitaría a 2.500 millones, un escenario altamente improbable teniendo en cuenta que ahora el barril de crudo está 30 euros por debajo.
Mejores perspectivas económicas
En cualquier caso, los analistas coinciden en que ese abaratamiento del crudo se va a transmitir de forma directa al consumo de los hogares. El Ejecutivo prevíé que el gasto de las familias crecerá un 2% y un 2,1%. Unas cifras que van a ser revisadas por los diecinueve servicios de estudios a los que consulta periódicamente la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) para la elaboración de su consenso. El miíércoles se hacen públicas esas cifras e irán en línea con las presentadas por Funcas el pasado 11 de diciembre. Esas previsiones recogían ya un incremento al alza de los grandes indicadores, con un crecimiento previsto del PIB del 2,4% para este año, como consecuencia de la rebaja de tipos de interíés aprobada por el BCEy por la fuerte caída del precio del petróleo. Funcas auguraba que el principal índice que se vería beneficiado por esos dos factores sería el consumo de los hogares, que crecería siete díécimas más de lo previsto (un 3% frente al 2,3% de la anterior estimación). Una noticia que avala el tirón de la demanda interna como principal motor de crecimiento de la economía española, tomando el relevo del sector exterior, que ha sido el puntal durante los seis años de crisis.
El informe tambiíén revela que la inversión, el otro gran componente de la demanda interna, seguirá comportándose con gran dinamismo. Así prevíé que la inversión en bienes de equipo crecerá un 6,9%, en línea con lo registrado en 2013, y que la inversión en construcción lo hará un 1,8%, lo que supondrá la primera subida en siete años.
¿Cuánto gana Hacienda por un litro de gasolina?
El 54% del precio de la gasolina son impuestos y, en el caso del gasóleo, los tributos representan el 48% de la factura final del consumidor en combustible. La carga fiscal deriva sobre todo del impuesto especial sobre hidrocarburos, que cuenta con un tipo general y uno especial. Además, las comunidades tambiíén tienen competencia para elevar el gravamen. Por cada litro de gasolina, los impuestos especiales representan 0,465 euros, con independencia de la variación de los precios.
Además, la gasolina tambiíén está gravada por el IVAy, en este caso, la caída del precio sí supone una menor recaudación para el Estado. Por ejemplo, en junio pasado, cuando el litro de gasolina ascendía a 1,449 euros el litro, el consumidor pagaba 0,251 euros en concepto de IVA por cada litro combustible. Ahora, con un precio de 1,151 euros el litro, el IVA supone 0,199 euros. Dicho de otra forma, por cada litro de gasolina vendida, el Estado recauda cinco cíéntimos menos por IVA.
Obviamente, para Hacienda ello no supone un problema porque el incremento de la renta disponible derivado del abaratamiento del crudo tambiíén eleva el consumo de otros productos gravados con IVA. Además, es probable que el menor precio eleve la demanda de combustible, lo que tambiíén tiene consecuencias positivas para el IVA y el impuesto sobre hidrocarburos. La recaudación de este tributo aumentó en 2013 por primera vez en cinco años y tambiíén cerró al alza en 2014.