El Senado de Estados Unidos dio ayer luz verde al proyecto de ley para la construcción inmediata del políémico oleoducto Keystone XL, cuya votación final tendrá lugar previsiblemente esta semana, aunque el presidente, Barack Obama, ya ha amenazado con vetar el texto.
El proyecto logró superar los 60 votos necesarios para allanar el camino hacia el consentimiento definitivo de la cámara alta, y así del Congreso.
Los conservadores, que cuentan tras su victoria del pasado noviembre con 54 senadores, necesitaban convencer a al menos media docena de demócratas para lograr el apoyo necesario para pasar la medida de procedimiento, algo que parecía sencillo.
Sin embargo, lo que no resultará tan fácil será conseguir una supermayoría de dos tercios (67 senadores) en el voto final de la ley, lo cual evitaría el veto del presidente a la medida.
La Cámara de Representantes ya aprobó la propuesta la semana pasada por una mayoría abrumadora, con 266 votos a favor y 153 en contra, y contó con el respaldo de 28 demócratas.
La votación en la Cámara de Representantes coincidió con la resolución a favor de los defensores del proyecto en el Tribunal Supremo del estado de Nebraska, que rechazó las denuncias de propietarios de tierras por las que transitaría esta importante infraestructura.
La resolución dio aún más argumentos a los republicanos para presionar a Obama sobre la construcción del oleoducto, que consideran necesario por la creación de empleo que produciría y el incremento de la autonomía energíética para el país.
De este modo, el Congreso, de mayoría republicana en ambas cámaras, continúa retando al mandatario, quien ya advirtió que se opondría a la legislación por la que se pondría en marcha el proyecto para trasladar crudos pesados desde Canadá al golfo de Míéxico a travíés de territorio estadounidense.