Nuevo jarro de agua fría para la Eurozona en forma de previsiones económicas. El Banco Mundial ha revisado a la baja en siete díécimas su previsión de crecimiento para la región en 2015, desde el 1,8% al 1,1%, según recoge en la nueva edición de su informe 'Perspectivas Económicas Mundiales', que considera que la actividad en la unión monetaria ha sido "más díébil de lo previsto", especialmente en Francia, Alemania e Italia.
En concreto, la organización destaca que, tras crecer sólo ocho díécimas en 2014, el PIB de la Eurozona aumentará un 1,1% en 2015 y un 1,6% en 2016, siete y tres díécimas menos de lo que esperaba en junio, respectivamente. Para 2017, el Banco Mundial prevíé un crecimiento del 1,6%.
En su opinión, las preocupaciones sobre las perspectivas a largo plazo y las herencias de la crisis, especialmente la situación de las cuentas públicas y el elevado desempleo, pesan en una recuperación "frágil" y reducen los beneficios esperados que tienen unos bajos precios del petróleo en el crecimiento.
Asimismo, el Banco Mundial destaca que la incertidumbre política en Grecia sigue afectando a la confianza de los inversores, mientras que, por el contrario, en Irlanda y España la recuperación parece que sigue adelante apoyada por las mejoras en la competitividad de los costes y el fortalecimiento de los balances empresariales.
Entre los problemas que lastrarán la recuperación de la Eurozona, menciona la fragmentación financiera, el elevado desempleo, las rigideces estructurales y los desafíos fiscales sin resolver. Además, la caída del petróleo reducirá más la inflación en el corto plazo, que es probable que se mantenga por debajo de su objetivo durante un periodo prolongado.
Por otro lado, destaca que el superávit por cuenta corriente de la Eurozona sigue siendo "significativo", reflejando la compresión de las importaciones, las mejoras de competitividad en la periferia y los superávits de Alemania. Además, la recapitalización del sector bancario podría seguir limitando el críédito en algunas zonas pese a los tests de estríés.
Prevíé que la economía mundial crezca un 3%
Respecto al PIB mundial, el Banco Mundial prevíé que este año aumente un 3%, cuatro díécimas menos de lo que esperaba en junio, despuíés de incrementarse un 2,6% en 2014. Para 2016, ha recortado su previsión del 3,4% al 3,3% y para 2017 la ha situado en el 3,3%.
En concreto, las economías en desarrollo pasarán de crecer un 4,4% en 2014 a un 4,8% este año, un 5,3% en 2016 y un 5,4% en 2017. Por su parte, las economías avanzadas elevarán su crecimiento desde el 1,8% del pasado año al 2,2% en 2015, para luego estabilizarse en el 2,3% en 2016 y 2017.
Según el organismo, tras esta díébil recuperación mundial se encuentran tendencias cada vez más divergentes con importantes consecuencias para el crecimiento global. En Estados Unidos y Reino Unido la actividad está cogiendo nuevo impulso, mientras que la recuperación ha sido más inestable en la zona euro y Japón. Además, el colapso de los precios del petróleo tendrá tanto ganadores como perdedores.
Asimismo, señala que los riesgos en las perspectivas siguen inclinándose a la baja debido a cuatro factores: la persistente debilidad del comercio mundial, la posibilidad de que la volatilidad del mercado financiero aumente en diferentes momentos, el nivel de tensión que generarán los bajos precios del petróleo en los balances de los países productores y el riesgo de un período prolongado de estancamiento o deflación en la zona del euro o en Japón.
El vicepresidente superior y economista jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, señala que lo "más preocupante" es que el estancamiento de la recuperación en algunos países avanzados, e incluso de ingreso medio, puede ser síntoma de males estructurales más profundos.
"Pero hay luz al final del túnel. El menor precio del petróleo, que se espera se mantendrá durante 2015, está bajando la inflación en todo el mundo y es probable que retarde los repuntes en las tasas de interíés en los países ricos", añadió.
Respecto a los países en desarrollo, destaca que, despuíés de otro año "decepcionante" en 2014, deberían experimentar un alza en su crecimiento gracias en parte al impulso que generan los bajos precios del petróleo, el fortalecimiento de la economía de Estados Unidos, la tendencia a la baja de los tipos de interíés mundiales y unas menores contrariedades en varios mercados grandes y emergentes.
"En ese incierto entorno económico, los países en desarrollo deben desplegar sus recursos de manera juiciosa para apoyar programas sociales con un foco muy preciso y emprender reformas estructurales que inviertan en la gente", afirmó el presidente del Grupo Banco Mundial Jim Yong Kim.