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Autor Tema: EEUU comienza a cerrar yacimientos ante el derrumbe de los precios del petróleo  (Leído 130 veces)

Eguzki

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El desplome de los precios del petróleo –hasta menos de la mitad en poco más de un cuatrimestre– comienza a alterar la oferta de crudo. En particular, en el caso de EEUU, precisamente el paí­s que ha revolucionado el sector con la explosión de los nuevos yacimientos de shale-gas. Según las previsiones de la OPEP, su producción de petróleo comenzará a desacelerarse en 2015. Y aunque EEUU marcará un nuevo ríécord de producción (en torno a 13,81 millones de barriles diarios), por primera vez la tasa de aumento será menor que el año anterior.

La causa de esta desaceleración, según el último informe mensual de la Organización de Paí­ses Exportadores de Petróleo (OPEP), tiene que ver con el cierre temporal de algunos yacimientos relevantes por falta de rentabilidad. En concreto, la OPEP estima que ya entre noviembre y los primeros dí­as de enero se han suspendido las perforaciones en 66 yacimientos de la cuenca de Permian, en el oeste de Texas, la zona tradicional de petróleo en EEUU y que ahora ha resucitado con el fracking.

Igualmente, se han cerrado otros 33 yacimientos en Willston, en Dakota del Norte, y otros 16 en Eagle Ford. La producción del Golfo de Míéxico, por el contrario, apenas se verá afectada por la aparición de nuevas empresas (start ups) y la materialización de nuevos proyectos puestos en marcha en 2014. Otro factor que influirá en la desaceleración de la producción de crudo tiene que ver con la aprobación de nuevas normas medioambientales para el transporte más exigentes.
Para hacerse una idea de lo que significa EEUU en el mercado de crudo, hay que tener en cuenta que en 2008 producí­a cerca de ocho millones de barriles diarios, mientras que a finales de 2014 habrá cerrado con una producción cercana a los 13 millones. Eso quiere decir que el paí­s ya tiene una posición determinante en el mercado de crudo, cerca de la cuarta parte de la producción de los paí­ses que no pertenecen al cártel que conforman los miembros de la OPEP (56,22 millones).

El otro factor que influirá en la oferta de crudo tiene que ver con las previsiones de demanda para el cártel. La OPEP estima que el consumo bajará en 2015 hasta los 28,78 millones de barriles/dí­a, lo que supone un descenso de 140.000 barriles respecto de los que el consorcio vendió un año antes. Se trata del mí­nimo nivel desde 2004, lo que pone de relieve la progresiva píérdida de peso en los mercados de petróleo de la OPEP tras la aparición de nuevos productores o la eclosión de nuevas formas de extracción.

Fin a nuevas inversiones

La OPEP, como se sabe, a la cabeza Arabia Saudí­, pretende colapsar el mercado inundándolo de crudo para provocar un derrumbe de los precios ante el exceso de oferta. Y hasta ahora lo ha conseguido frenando nuevas inversiones en yacimientos ‘no convencionales’, como son los de shale-gas, que han sido el motor del empleo en los EEUU en los últimos años gracias a la revolución energíética.
Lo que no está nada claro es quiíén capitulará primero. Si los nuevos productores –fundamentalmente de EEUU–, o la vieja OPEP, que ya en los años 80 diseñó una estrategia similar para combatir los yacimientos del mar del Norte. La diferencia entre esta situación y aquella es que por entonces el jeque Yamani mandaba en el mercado del petróleo, y hoy hay nuevos productores. Y, sobre todo, paí­ses como Venezuela o Ecuador sufren de forma intensa por la caí­da del crudo. Por entonces, igualmente, la OPEP controlaba la mitad del mercado mundial de petróleo (algo más de 92 millones de barriles), y hoy apenas alcanza la tercera parte.

Según reuters, compañí­as como Continental Resources y Lynn Energy son dos de las que han reducido sus inversiones en nuevos pozos, pero eso no supone que se vaya a frenar la producción de forma inmediata.

La parte más cara de un pozo de petróleo es la perforación inicial, y a partir de ahí­ los costes de producción de la fractura hidráulica (el fracking) están muy por debajo de los 50 dólares. Es decir, los niveles actuales. Eso quiere decir, ni más ni menos, que la pelea durará todaví­a algún tiempo, aunque no hay que olvidar el fuerte apalancamiento que tienen las nuevas empresas productoras. Y aunque los tipos de interíés están en niveles históricamente bajos, eso presiona sobre su cuenta de resultados.