Por... Moises Saab
El Banco Central de Egipto (BCE) inició hoy una discreta devaluación de la divisa nacional, la libra, o guinea, como dicen los billetes, despuíés de intentos infructuosos por apuntalarla. En los últimos meses la entidad ha invertido unos 20 mil millones de dólares de sus menguadas reservas internacionales para mantener la moneda nacional en un rango de 7,15 contra el dólar estadounidense.
Pero esa estrategia fue puesta de lado hoy cuando el BCE dejó que la libra perdiera 14 piastras (100 piastras una libra), hasta la marca de 7,29, un descenso que puede continuar en los próximos días.
Todo apunta a que los economistas gubernamentales eran adversos a la devaluación de la moneda por temor a un proceso inflacionario desbocado ya que este país es importador neto de la mayoría de sus bienes de consumo, en particular el trigo.
Es probable que esas aprensiones hayan disminuido al ritmo del descenso de los precios del petróleo por el exceso de oferta y descenso de la demanda, que debe reflejarse en el costo de las mercancías, declaró a la prensa Hany Genena, director de Inversiones en el Banco Pharos.
El criterio está avalado por el descenso de la inflación en diciembre pasado a 10,13 por ciento despuíés de haber remontado en octubre a 11,8, ambos índices con fuerte impacto en las economías domíésticas de la clase media y, por supuesto, de los sectores más desfavorecidos.
La decisión, asimismo, tiene otro propósito más estratíégico, abaratar el costo de la mano de obra a los inversores extranjeros, en cuya llegada las autoridades egipcias depositan grandes esperanzas para reanimar la economía.
Para marzo próximo está programada la celebración de una Cumbre Económica
convocada por Arabia Saudta y Emiratos Arabes Unidos y dedicada a presentar una gruesa cartera de proyectos a empresarios foráneos.