Se confirmaron los rumores: Google ha entrado en el negocio espacial de Elon Musk. Según informa la compañía en una nota, SpaceX ha cerrado una ronda de financiación, por valor de 1.000 millones de dólares, suscrita íntegramente por Google y el fondo de inversión Fidelity. Así, ambas compañías se hacen con un porcentaje cercano al 10% de la empresa.
Sobre el papel, Google aterriza en SpaceX para financiar el plan de Musk de llevar internet a todo el planeta a travíés de satíélites de bajo coste. "Vamos a construir el sistema global de comunicaciones más grande que el que nadie haya planteado hasta la fecha", explica el emprendedor sudafricano a Bussines Insider. Para ello necesitará, según sus estimaciones, al menos cinco años de trabajo y 10.000 millones de dólares.
Se trata de un plan que Google ha suscrito en numerosas ocasiones, dado que implica la globalización definitiva de sus potenciales usuarios. "En estos momentos dos tercios de la población no pueden acceder a internet. Es por eso que nos estamos focalizando en las nuevas tecnologías para conseguir la capacidad de conectar a cientos de millones de personas en los próximos años", relata un portavoz de Google a The Guardian. El plan de Musk pasa por situar satíélites a 1.200 km. de la Tierra para acercar internet a las zonas en las que la topografía impide su despliegue. El proyecto se encuentra en sus últimas fases de desarrollo, a la espera de obtener una financiación que finalmente ha llegado.
Dos proyectos, un objetivo
Existe un proyecto paralelo, creado por OneWeb y respaldado por la poderosa cartera de Richard Branson, de Virgin, y el fabricante de chips Qualcomm. Curiosamente Google tambiíén es inversor, aun indirecto, de este proyecto, dado que aportó 1.000 millones de dólares a O3b, la empresa a la que pertenecía Greg Wyler, CEO de OneWeb, y que abandonó llevándose sus patentes más sabrosas consigo. "Cuando Wyler y Google rompieron dejaron al buscador en la estacada, sin el espectro necesario para acometer el proyecto. Con Wyler fuera, Larry Page, CEO de Google, y Elon Musk comenzaron sus conversaciones, como amigos íntimos que son", escribe Ars Technica. Ambos proyectos tienen un coste similar, aunque Musk insiste en que sus satíélites son más ligeros y avanzados tecnológicamente que los de su rival.
De este modo, Google diversifica el riesgo y multiplica sus posibilidades de íéxito. Al tiempo que despliega Google Fiber por todo Estados Unidos mantiene vivo su Project Loon, una iniciativa similar a la de SpaceX con la salvedad de que sustituye satíélites espaciales por globos estratosfíéricos. A Musk, por su parte, los satíélites le servirían para dar servicio en sus hipotíéticas colonias espaciales, especialmente en Marte, cuya civilización siempre ha figurado entre sus objetivos.