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Autor Tema: El Desafí­o a tu Conciencia.  (Leído 558 veces)

Scientia

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El Desafí­o a tu Conciencia.
« en: Enero 21, 2015, 06:26:57 pm »
http://senderodelmago.blogspot.com.es/2015/01/el-desafio-tu-conciencia.html?spref=fb


El Desafí­o a tu Conciencia.
FUENTE http://lacosechadealmas.blogspot.com.es


Hay cosas que poco a poco van a ir quedando al raso. La memoria paso a paso, despacito, va ir siendo recuperada, el velo del olvido se va rompiendo y esta empezando a entrar en nuestros apolillados recuerdos, esa tenue luz que esta provocando que leves destellos de memorias pasadas lleguen de improviso. Muchos son los que están recordando vidas pasadas, primero son leves fragmentos, episodios incompletos, escenas tan vividas y realistas, que aquellos que las reciben, quedan levemente conmocionados. No son sueños comunes, no pueden ser considerados elucubraciones mentales, ni siquiera fantasí­as. Tienen tanto detalle, tanto realismo, que pareciera que nos estuviera pasando en ese momento. Son recuerdos, escenas que viviste, que sufriste y que superaste.

De momento son eso, fragmentos, cosas inconexas, episodios surrealistas, casi sin sentido, no sabemos como interpretarlos y que nos quieren decir esos recuerdos. Nos queda la duda de por quíé esos recuerdos precisamente, y no otros, que nos paso, que nos marco. Dudas y mas dudas surgen ante esos trozos de nuestra propia existencia, que creí­mos olvidados o que jamás pensamos que estuvieran ahí­. Vuelven para recordarnos que no somos quienes somos y que antes fuimos otros, que esos huesos enmohecidos vuelven para señalarnos y decirnos que ahí­ siguen esperando, que nunca desaparecieron, que el polvo y el tiempo, no consumieron su memoria, y es momento para que por fin los desempolves para siempre. Todos esos sueños, esas fantasí­as, son realidad, viviste y moriste, lo sabes, lo sientes así­, lo percibes y notas que no son sueños, que nos son fantasí­as o locuras. Sentí­as el frí­o, sentí­as el viento, la lluvia, el olor… era real.





Pronto, si nada lo remedia, empezaremos a recordar de forma espontánea, el velo continuara rasgándose y la memoria llegara a nosotros. Primero será de forma tí­mida, fragmentos inconexos, sin sentido. Poco a poco esos fragmentos serán más extensos, más largos y quedaran grabados en nuestra memoria de nuevo. Primero quizás, las vidas mas recientes, las de los últimos siglos, un poco de esta, otro poco de aquella, eso que paso en una guerra, o lo otro que sucedió en un barco, en el campo, en un pueblo. Poco a poco reconoceremos los rostros, los sitios, poco a poco recordaremos sus actos, los nuestros, nos daremos cuenta de quien, donde, cómo y porque. Todas esas vidas y todas sus correspondientes muertes. Cuando matamos y cuando nos mataron, quienes lo hicieron y a quienes se lo hicimos, todo vendrá sin permiso, todo llegara para quedarse y dejara en evidencia quienes somos y quienes fuimos.

Este hecho supondrá un desafí­o, el mayor que puede afrontar tu conciencia, porque iremos reconociendo en nuestro entorno actual, a todos esos personajes que en el pasado, nos amaron, fueron nuestra pareja, nuestro hermano, nuestro padre, nuestra madre. Como a lo largo de esas existencias, intercambiaron papeles, como ellos como tú, encarnaron tambiíén todo lo que odias, como esos que participan de tu realidad actual, fueron tus enemigos, tus verdugos y tus asesinos, como todas esas personas que hoy amas y aprecias, en el pasado fueron odiadas. Como aquellos a los que hiciste mucho daño ayer, te lo hacen a ti hoy o como las vidas que apagaste con tus manos, hoy sustentan la tuya.

Estos recuerdos encenderán conatos de horror, odio, venganza, amor, y compasión. Un autentico tornado de emociones que nos abrumaran y nos dejaran tocados durante un tiempo, será algo con lo que tendremos que aprender a vivir. El verdadero desafí­o a tu conciencia llegara cuando te veas en la vicisitud de continuar odiando, vengando y resarciendo lo que te hicieron en el pasado esas personas que hoy participan de tu realidad, y de tu vida. Resarcirte o perdonar, esa será la encrucijada, apelar a eso que nos hace humanos y perdonar de corazón, todo ese daño que quedo atrás y que la memoria de tu alma ha rescatado, para enseñarte quien eres realmente. Ese perdón será la pieza clave en nuestra elevación conciencial, cuando seamos capaces de recordar todo y tengamos a nuestro alcance la posibilidad de equilibrar por nuestros actos esa balanza, o apelar a nuestro amor y perdonar de corazón. Entender que todo es fruto de una manipulación, de la que no somos culpables ninguno, que todos somos inocentes y no hay mas culpables que aquellos que nos engañaron, que nos tentaron una y otra vez, para alimentar la barbarie, la iniquidad y la inhumanidad que jamás debimos abrazar.

Borrón y cuenta nueva, perdón sincero y la sensación de liberación, al poder encontrarnos con todo aquello que creí­mos perdido, y que vuelve a formar parte de nosotros. Ya no será tiempo de sangre, no será tiempo de ideales vací­os o divinidades hambrientas de doctrina. Todo eso por fin será puesto tras el velo del olvido, para no volverlo a rescatar nunca más. Pronto llegaran a ti esos recuerdos, llegaran quieras o no. Puede que quizás ya hayas comenzado a recordar, pero no le hayas dado importancia, porque piensas que son solo sueños, sueños raros, muy reales, pero sueños. No dejes que el sentido de la normalidad te impida saber quien fuiste, que lo que te dicen que es lo cuerdo y correcto en el sistema, no impida que llegues al fondo de la cuestión. Saber quien es tu verdadero Yo.