El diablo está en los detalles. Este refrán resume el estado de ánimo de los inversores ante la primera reunión del año del consejo de gobierno del BancoCentralEuropeo(BCE) que se celebra hoy. El mercado da por hecho que la institución monetaria dará un paso adelante y anunciará un programa de compra de deuda para conjurar el riesgo de deflación en la zona euro.Pero, descontada la medida, la clave está en el grado de concreción del anuncio. Existen dudas sobre si MarioDraghi hablará o no de un importe concreto del programa de compras (la cifra que circulaba ayer por el plan era de 1,1 billones hasta 2016), si el BCE asumirá el riesgo de las adquisiciones o lo compartirá con los bancos centrales, si comprará todo tipo de activos...
Favorable o no para las expectativas del mercado, todas las preguntas en el aire obtendrán hoy respuesta. Casi nadie en el mercado contempla la opción de que Draghi no anuncie un programa de compra de deuda, así que el banquero central se enfrenta al reto de no defraudar a un mercado que gira en torno a lo que pueda ocurrir hoy desde hace semanas.
En realidad, ha sido el propio BCE el que ha teledirigido a los mercados hacia el encuentro de hoy, anticipando en cada intervención de su presidente que estaba listo para dar el paso que hoy todos esperan. Faltan por conocerse los detalles. Es decir, prácticamente todo. Estas son las siete claves del programa de compra de deuda que el organismo central lanzará presumiblemente hoy.
1. Importe. Ayer se filtró que el comitíé ejecutivo del BCE ha propuesto al consejo de gobierno comprar deuda por 50.000 millones de euros al mes a partir de marzo y hasta 2016, lo que implicaría un importe de 1,1 billones de euros.Esto supera la mayoría de las previsiones de los expertos, que van desde los 500.000 millones hasta los 750.000. De momento, esta es la propuesta sobre la que debatirá hoy el consejo de gobierno de la institución.
2. Calendario. El BCE podría establecer un límite en el calendario a su programa o condicionarlo a la marcha de la inflación y al cumplimiento de su mandato de la estabilidad de precios. La experiencia de los anteriores programas de expansión cuantitativa emprendidos por otros bancos centrales como la Reserva Federal estadounidense o el Banco de Japón dice que estos planes de estímulo son más efectivos si no se establece una fecha de caducidad. De esta forma, el BCE podría vincular su plan de compra de deuda al cumplimiento de su objetivo de mantener la inflación por debajo pero cerca del 2%.
3. Clase de activos. El organismo presidido por Draghi podría combinar la compra de bonos corporativos con la de bonos soberanos. El mercado de renta fija pública es el más numeroso y por eso es el que le permitiría al BCE ejercer una mayor influencia con su programa de estímulos. El BCE ya interviene con compras en el mercado de deuda corporativa al aquirir titulizaciones y cíédulas hipotecarias desde el año pasado en un primer intento por relanzar la recuperación económica en la zona euro.
4. Vencimiento. La mayor parte del mercado espera que el BCE compre deuda con vencimientos superiores a los tres años. La deuda a vencimientos cortos está cerca de cero o incluso en negativo en algunos casos, por lo que la efectividad de comprar estos activos sería nula y, además, el BCE asumiría, de entrada, píérdidas con esa inversión.
5. Rating. Esta es otra de las grandes dudas. La mayoría de los expertos se inclina a pensar que el BCE comprará activos a partir de grado de inversión, lo que dejaría fuera a los bonos griegos y chipriotas que cuentan con la calificación de bono basura. Los expertos de Nomura consideran que el BCE solo adquirirá bonos con rating de grado de inversión (BBB–) para limitar su exposición al riesgo de críédito.Esto dejaría fuera a Grecia y Chipre. La firma japonesa considera que la autoridad monetaria podría incluir los bonos de estos dos países, pero solo “bajo condiciones tan severas que conducirían a una exclusión de facto de estos activos del programa en el corto plazoâ€. Todo ello, además, a tres días de unas decisivas elecciones legislativas en Grecia en las que se prevíé un triunfo electoral de Syriza.
6. Reparto por países. Se espera que la compra de deuda se corresponda con el peso de cada país en el capital del BCE. Alemania (25,6%), Francia (20,1%), Italia (17,5%), España (12,6%) y Holanda (5,7%) serían los más beneficiados.
7. Asunción de riesgos. Alemania quiere que cada banco nacional asuma los riesgos de las compras masivas del BCE y no sea el organismo, en base al peso de cada país en su capital, el que se haga cargo de los riesgos derivados de un posible impago o de la salida de algún país de la zona euro. El reparto de riesgos podría decepcionar a los inversores al lanzar el mensaje de que aumenta la fragmentación en el Eurosistema. Es un secreto a voces que Alemania ha presionado al banco central para que sean los bancos nacionales de cada país de la zona euro los que asuman el riesgo de las compras y ayer, el Parlamento holandíés aprobó una resolución en esa línea para oponerse a compartir los riesgos de un programa de estímulos.