Reuters
La mayor economía de Amíérica Latina podría entrar a una recesión por segunda vez en menos de dos años tras la arriesgada misión de elevar las tasas de interíés.
La cruzada de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, para recuperar la confianza de los mercados ha llevado a las autoridades económicas a embarcarse en la arriesgada misión de elevar las tasas de interíés, una apuesta que se opone a la tendencia global y que aumenta las probabilidades de otra recesión.
Con el alza de la tasa de interíés de referencia a un 12.25 por ciento el miíércoles, la tercera consecutiva desde que Rousseff consiguió un segundo mandato en octubre, el Banco Central de Brasil buscó cumplir con su promesa de "hacer lo que sea necesario" para controlar la inflación, que actualmente llega a un 6.5 por ciento anual.
La decisión dejó a la entidad en una posición contraria a la del Banco Central Europeo, que dio a conocer un amplio programa de compras de bonos el jueves, y a la de autoridades económicas en Canadá, Dinamarca, India y Turquía, que recientemente recortaron sus tipos tras la fuerte caída de los precios del crudo y las previsiones de un menor crecimiento global.
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La estrategia de Brasil parece estar resultando, por ahora.
Los inversores, tambiíén alentados por un paquete de medidas de austeridad dado a conocer esta semana, han comprado con cautela bonos soberanos, lo que ha generado una caída de las tasas de interíés de largo plazo.
El real brasileño ha ganado un 3 por ciento desde comienzo de año, mientras que los bonos soberanos locales han ofrecido un retorno de un 4.9 por ciento en tíérminos de dólares durante el mismo periodo, según el índice referencial JP Morgan .
Esto es un inusual aliciente para Rousseff, quien se ha visto afectada por la debilidad de la economía y ha debido soportar un derrumbe de la confianza de los inversores, cortes de energía y un escándalo de corrupción desde el inicio de su segundo mandato el 1 de enero.
Javier Murcio, administrador de carteras de Standish Mellon Asset Management en Boston, que gestiona 10 mil millones de dólares en activos de mercados emergentes, dijo que actualmente el fondo otorgaba una "leve sobreponderación" al mercado de deuda cambiaria local.
"Si vemos una mejoría en las condiciones macro, entonces ampliaremos la sobreponderación", indicó.
El ingreso de dólares tambiíén subió mientras los inversores intentan tomar ventaja de una de las tasas de interíés más elevadas del mundo.
Cerca de 2 mil 300 millones de dólares entraron a Brasil durante la semana que terminó el 16 de enero, prácticamente neutralizando los flujos al exterior de 2 mil 400 millones de dólares en los primeros nueve días del año, según datos del banco central.
CAMINO RIESGOSO
De todas formas el banco central ha tomado una peligrosa senda que podría llevar a la mayor economía de Amíérica Latina a una recesión por segunda vez en menos de dos años, luego de la breve contracción del año pasado.
Eso, a su vez, ha hecho que los inversores se pregunten si la izquierdista Rousseff tendrá el aguante necesario para mantener políticas impopulares como el alza de las tasas de interíés.
"La gran pregunta es si esas políticas tendrán el necesario respaldo político", dijo Enestor dos Santos, economista de BBVA en Madrid.
"Quizás el plan inicial fue implementar un pequeño ajuste que no llevara a la economía a una recesión, pero si no ocurre así ¿continuará apoyándolo el Gobierno?".
Un eventual retroceso en las medidas de austeridad recientemente reveladas podría sacudir a los mercados financieros brasileños, llevando a los inversores fuera del país y dejando a Brasil sin la codiciada calificación de grado de inversión.
El alza de las tasas de interíés ya ha golpeado a la capacidad de compra de los brasileños, con expectativas de que las ventas minoristas de 2014 hayan tenido su peor desempeño en 11 años.
Las hipotecas tambiíén han subido luego de que el prestamista estatal Caixa Economica Federal elevó la semana pasada sus tasas hasta un 11 por ciento desde un 9.2 por ciento.
Economistas ya esperaban un año difícil, con pronósticos de apenas un 0.32 por ciento de crecimiento, según una encuesta del banco central a 100 analistas. Además, hay otras dificultades.
Un amplio escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras ha frenado la inversión en el sector petrolero y una larga sequía ha aumentado abruptamente los costos de generación en un país que depende la hidroelectricidad.
La baja de los precios de las materias primas tambiíén dificulta que el país vuelva a un equilibrio comercial, tras reportar en el 2014 su primer díéficit en 14 años.
Pese a los problemas, el banco central dejó el miíércoles la puerta abierta a una nueva subida de la tasa de interíés Selic en otros 50 puntos básicos en su próxima reunión, en lugar de frenar el ritmo de su endurecimiento monetario, como esperaban varios economistas.
Los bancos han estado recortando sus pronósticos de crecimiento en consecuencia. Algunos, como HSBC y Credit Suisse, ahora esperan una contracción del Producto Interno Bruto de un 0,5 por ciento este año.
"No hay duda de que (la política del banco central) está teniendo un impacto en la economía", dijo Santos de BBVA.