Primero los coches, luego las furgonetas y ahora, por fin, los camiones, autobuses y maquinaria agrícola. La ultima iniciativa del Ejecutivo para la renovación del parque de vehículos con otros más eficientes y seguros se ha concretado con la puesta en marcha de una línea de críéditos blandos dotada con 900 millones.
Línea de críéditos que pondrán, a partes iguales, el BEI (Banco Europeo de Inversiones) y seis entidades financieras.
Autónomos y empresas de hasta 3.000 empleados (nunca las públicas) podrán acceder a estos prestamos en las próximas semanas, una vez se fijen condiciones como la cuantía o el número de vehículos que se pueden financiar, o el tipo de interíés. Por ejemplo, esta última variable cambiará según el perfil de riesgo de cada una de las entidades que forman parte del plan: Instituto de Críédito Oficial, BBVA, Banco Santander, Bankinter, Banco Sabadell y CaixaBank.
Por parte del Gobierno, el acuerdo ha sido impulsado por los ministerios de Medio Ambiente y el de Fomento. De hecho, este último desveló en octubre de 2013, dentro del I Foro de Anfac y PwC, las negociaciones que se estaban manteniendo con el BEI. Entonces se habló de unos fondos de 200 millones, sin participación de la iniciativa privada.
Madurado el proyecto, la banca aportará hasta un máximo de 450 millones y el BEI se compromete a respaldar cada petición con una cantidad equivalente. Aunque serán los bancos que participan los que asumirán los riesgos.
La medida, aunque se haya demorado, resulta estratíégica ya que practivamente el 100% de los camiones y autobuses se adquieren en España a críédito y este todavía no fluye lo suficiente. Además, si a esto se une la brutal caída de actividades como la construcción durante la crisis, el impacto ha sido doblemente negativo.
